El joven y el oasis: una fábula de esperanza

En cierto lugar, había un gran desierto. Dondequiera que miraras no veías más que paisajes desolados con arena que atacaba a cualquier ser vivo que intentara sobrevivir. Aquí y allá, sin embargo, se podían ver pequeños agrupamientos de elementos: eran pequeños pueblos, formados en los puntos más bajos de las montañas de arena y piedra, donde, de alguna manera, era posible subsistir.

Estas pequeñas aldeas se mantuvieron a expensas de lugares donde afloraba algo de agua subterránea o donde el agua de lluvias dispersas se acumulaba durante algún tiempo. Había poca agua, un poco fangosa, y donde hombres y animales bebían agua. Alrededor de esta agua creció algo de vegetación y se plantó algo que apenas alcanzaba para alimentar a todos: hombres y animales.

Ésta era la situación general de todos estos pueblos. Con lo poco que sabían, transmitido de generación en generación, buscaron mantenerse a sí mismos y a la masa de agua fangosa. La vida era dura y la salud no era buena. A todos les enseñaron que sólo allí sería posible sobrevivir, porque alrededor solo había arena y piedras, así como otros grupos de situaciones similares.

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De vez en cuando, alguno que otro, cansado de esta situación, decidía abandonar los pueblos para buscar otra cosa. No se conformaron con esa vida, sino que se marcharon sin rumbo, sin conocimiento alguno de su entorno. Nunca regresaron. Muchos murieron en el desierto, sin posibilidad de sobrevivir. Otros terminaron en otros pueblos.

En uno de estos pueblos vivía un niño, que quedó huérfano a temprana edad y, por tanto, fue criado en común con otras personas. Desde pequeño, instruido en tradiciones ligadas a la supervivencia, se esforzó por ayudar a conservar el medio ambiente que le permitía subsistir, aunque no se conformó con ese limitado estilo de vida. Tenía curiosidad: buscaba maneras de obtener más agua, de cultivar más alimentos... Pero todo era muy limitado y sus esfuerzos no llegaban muy lejos con los conocimientos que tenía.

Un día, caminando por las afueras del pueblo, una fuerte ráfaga de viento, llena de arena, trajo consigo algo diferente: pétalos de flores y algunas hojas verdes. Los recogió del suelo y los analizó. Eran diferentes a todo lo que había en ese pueblo y, además, eran muy vibrantes y estaban bien desarrollados. Eso despertó su curiosidad. Rápidamente regresó a su pequeña choza, tomó una cantimplora con agua y algo de comida y se fue, sin decir nada a nadie. Se dirigió en la dirección de donde venía el viento, sin saber qué encontraría.

El joven caminaba bajo el fuerte sol, siempre buscando señales de hojas y flores, que encontraba aquí y allá. A veces casi pierdo la esperanza al no encontrar señales de estos elementos por ninguna parte. Sin darse por vencido, amplió un poco más el ancho de sus búsquedas, intentando siempre mantenerse en la dirección correcta. Pronto encontraría una pequeña hoja o pétalo que, aunque deshidratado, reconoció como del mismo tipo encontrado anteriormente.

Llegó la noche y el niño se acomodó junto a una roca, donde encontró algo de calor para pasar la noche. Comió sobriamente y notó que su cantimplora ya estaba casi medio llena... La preocupación lo atormentó por algún tiempo, pero pronto se durmió y, al día siguiente, reanudó su caminata. Continuó así durante dos días más...

Durante algún tiempo, a mediados del tercer día, el joven caminó en la dirección conocida, pero ya no encontró señales de hojas ni flores. Caminó más lejos, amplió su búsqueda, pero nada. La desesperación comenzó a alcanzarlo, pues su cantimplora ahora solo contenía agua turbia y ya estaba muy lejos de su origen. Sabía que regresar sería muy difícil, si no imposible, pues la deshidratación ya atormentaba su cuerpo.

Fue entonces cuando, cayendo de rodillas en medio de la arena, con lágrimas en los ojos secos, angustiado y sin esperanza, una mariposa se posó en su hombro. Asombrado, se levantó. No conocía ese insecto de tan hermoso vuelo. Algo volvió a apoderarse de su ser y, con renovado entusiasmo, decidió seguirla. Caminó unos cientos de metros y pronto notó otras mariposas a su alrededor. Notó que el terreno comenzaba a cambiar. Aquí y allá, entre la arena, que empezaba a ser menos blanda, brotaba y resistía una especie de hierba, algo seca. Continuó en esa dirección, y el paisaje fue cambiando sucesivamente, hasta que empezaron a aparecer unos matorrales más espesos y, más lejos, le pareció ver una vegetación alta y densa... Pero el sol le pegaba, la deshidratación le mareaba y, a su vez, de repente, un aturdimiento se apoderó de él y cayó al suelo, creyendo que ese sería su fin.

Algún tiempo después, el joven se despertó con los labios mojados con agua fresca. Confundido, se dio cuenta de que estaba apoyado contra un gran árbol, que le proporcionaba una sombra fresca. Sus ojos estaban borrosos. Le pareció ver otras personas a su alrededor, pero no eran más que sombras borrosas. Se frotó los ojos, intentando ver mejor, pero fue en vano. Sintió que alguien se acercaba y le arrojaba agua en la cara. Volvió a llevarse las manos a los ojos humedecidos, se las secó y, poco a poco, notó que recuperaba la visión. Fue entonces cuando logró observar a su alrededor a tres personas que portaban herramientas y algunas bolsas de tela. Le sonrieron. Uno de ellos le entregó una cantimplora, de la que el joven bebió con avidez. El agua estaba fresca, clara, como nunca antes había bebido, excepto cuando lograba recoger un poco de agua de lluvia.

Disfrutó de ese líquido y, en unos momentos, sintió que la energía regresaba a su cuerpo. Tuvo fuerzas y lentamente se levantó. Esas personas se acercaron y quisieron hablar con él. Asombrado, notó que hablaban su idioma, ¡aunque con diferente acento! Lo invitaron a seguirlos, a lo que rápidamente se rindió. Caminaron un rato en medio de un hermoso bosque. Notó el perfume, la humedad que calmaba su piel, los sonidos de diferentes animales y el viento susurrando las hojas. Notó, en el suelo, flores y hojas que reconoció. Cerca, notó un chorro de agua limpia y cristalina que corría entre la vegetación. ¡Qué alegría sintió en ese momento!

Luego llegaron al centro de un pueblo. Allí vivía mucha gente, todos ellos de aspecto saludable y con caras felices. También había animales y, cerca, vio plantaciones frondosas y robustas, algo completamente diferente a la realidad de su lugar de origen.

Luego lo llevaron a una casita sencilla, donde algunas personas estaban reunidas en alegre conversación. Parecían trabajar en colaboración con los alimentos de las plantaciones. Esa gente rápidamente le dio la bienvenida. Le dieron de comer y de beber, lo acomodaron como si fuera uno de los suyos, escucharon su historia y le dijeron muchas cosas a cambio. Allí, al joven le enseñaron que el agua que sube a la superficie proviene de muy profundo, y que allí encuentra una salida. Que, para obtener más de esta agua, habría que cavar un poco más, limpiando la arcilla. Que se podían hacer pozos, para obtener agua dulce y cristalina y que, si se cuidaban las riberas, con la plantación de determinadas plantas y árboles, poco a poco el cuerpo de agua ganaría volumen y calidad. Enseñaron que los cultivos alimentarios deberían producirse después de estas zonas, para no facilitar la evaporación. Rápidamente se dio cuenta de que era exactamente lo contrario de lo que estaban haciendo.

También le dijeron al joven que estos pueblos repartidos por el desierto fueron formados originalmente por gente de ese lugar, hace mucho, mucho tiempo. Eran personas que, a pesar de vivir y beneficiarse del conocimiento y producción de ese lugar, poco o nada hicieron por aprender y colaborar. Invitados constantemente a realizar trabajos necesarios, decidieron alejarse en grupo y luego decidieron irse, con la intención de formar sus propios pueblos, donde creían que podían hacer las cosas mejor, y de otra manera. Esto sucedió hace muchos, muchos años y, desde entonces, no los han vuelto a ver por allí, aunque, de vez en cuando, algún valiente salía a la misión de buscarlos y ayudarlos: al encontrarlos, rápidamente Ser ahuyentado por las ideas que traía y tuve que regresar a ese lugar.

El chico estaba muy interesado. Cuestioné, quería saber más. Rápidamente comprendió que el conocimiento negado era la causa de la miseria en la que vivían estos pueblos o aldeas. Pasó unos días allí, pero pronto se dio cuenta de que tenía que regresar, ya que necesitaba compartir con su familia todo lo que vio y aprendió. Una vez tomada la decisión, emprendió el viaje de regreso, esta vez mucho más preparado, con mucha comida y agua. Se dirigió sin mayores dificultades a su pueblo de origen, donde emprendió un viaje de algunos días.

Muy feliz y con energías renovadas, el joven salió a las calles arenosas del pequeño pueblo. Su rostro expresaba decisión, aunque aquí y allá expresaba cierta tristeza al ver a sus compañeros, tristes y enfermizos, mirándolo con curiosidad. Intentó, sin embargo, no verse demasiado afectado y, dirigiéndose a los jefes de la aldea, lleno de entusiasmo, les contó lo sucedido, pidiendo que se celebrara una reunión esa noche, donde podría explicar a los demás todo lo que había visto y aprendió. Los jefes de la aldea recibieron sus palabras con miradas de asombro e incredulidad. Al final le negaron el encuentro solicitado, diciendo que todo era una tontería y que estaban seguros de las enseñanzas de sus antepasados, a las que se aferraban con pasión. Además, lo reprendieron severamente por irse sin avisar, ya que causó enorme preocupación entre todos en el pueblo.

El joven no lo podía creer. Incrédulo ante aquel amargo recibimiento, tomó otro camino: decidió que él mismo intentaría reunir a algunas personas y que, después de eso, si lo expulsaban por falta de respeto, tendría adónde ir. Entonces salió a las calles del pueblo. Encontró muchos compañeros de vida y, uno a uno, les contó brevemente su historia y los convocó a una reunión en su cabaña. Muchos expresaron un brillo en sus ojos, pero dijeron que no se sentían lo suficientemente fuertes como para abandonar sus hábitos; otros lo acusaron de blasfemar las enseñanzas de su tradición; Otros más temían ser expulsados por los jefes de la aldea por pensar de manera diferente.

Cuando llegó la hora del encuentro, esperó ansiosamente la llegada de muchos... Esperó, esperó, pero además de él, sólo aparecieron otros dos, amigos de la infancia, tímidos e inseguros, pero que se dieron cuenta de la importancia de lo que escucharon, ya que ellos mismos pensaban que esta situación y aquellas enseñanzas no eran suficientes ni correctas. El niño estuvo triste por unos momentos, al darse cuenta de que nada sería fácil. Vio la felicidad de otras personas, que colaboraban en un entorno cuidado con su propio esfuerzo. Vio el agua cristalina, mientras, sobre la mesa de su choza, quedaba una jarra de agua turbia. No pudo no intentarlo.

Después de unos momentos, tomó una decisión diferente. Se dio cuenta de que ese ambiente no aceptaría estas verdades hasta después de mucho tiempo, y con la colaboración de personas que entendieran las ideas verdaderas y originales. Decidió invitar a los presentes a acompañarlo en el viaje hasta aquel lejano pueblo. Los dos amigos aceptaron de buen grado la invitación. Querían aprender más, querían vivir mejor y entendieron que, para ayudar a esas personas, tendrían que aprender mucho más y volverse más fuertes.

Entonces se fueron al día siguiente. Ya seguro de su camino, el joven los hizo viajar más preparados y más rápidos. Llegaron al borde del bosque en dos días, sin mucha dificultad. Allí pronto encontraron personas que los acogieron y los llevaron al pueblo, donde todos fueron recibidos felizmente e integrados en la sociedad del lugar. En poco tiempo aprendieron mucho. Se sentían felices y contentos, ya que no vivían para subsistir ni para cuidar de sí mismos. Hubo una genuina colaboración en el uso y desarrollo de conocimientos que permitieron mantener ese gran oasis, un verdadero paraíso en medio del desierto. Pero este sentido de colaboración les decía, en su interior, que no podían tenerlo todo sólo para ellos, porque, en el exterior, sus compañeros vivían en completa miseria e infelicidad.

Entonces, al cabo de un tiempo, estos tres formaron una iniciativa, a la que se sumaron otros jóvenes de aquel lugar: debían planificar, de vez en cuando, misiones a estos pueblos, buscando ganar corazones a través de la razón. Poco a poco fueron mapeando varios de ellos, adónde iban cada año, tratando de encontrar oídos dispuestos a escucharlos. En algunos de ellos no encontraron nada más que hostilidad, e incluso fueron excluidos de uno u otro. En otros, fueron aceptados con cautela, sin encontrar nunca más que frialdad en sus jefes, que sin embargo les permitieron hablar. De ellos, con cierta rareza, regresaban con un nuevo compañero, que muchas veces se sumaba a la misma iniciativa.

Y así pasaron sus años de vida, buscando hacer lo que creían correcto, sabiendo que la distancia entre los conocimientos adulterados algún día sería superada y que, ese día, los bosques reverdecerían por todas partes, extinguiendo progresivamente el desierto hasta dar paso a un entorno nuevo y saludable. Un día…


El gran oasis es el Espiritismo, cuya enseñanza los Espíritus vienen a transmitirnos, en un esfuerzo colaborativo. Agua pura es el conocimiento resultante de este esfuerzo, construido de manera metodológica y científica. El joven es todo aquel que percibe esa distancia entre el movimiento espírita y el Espiritismo. Las aldeas son grupos de seguidores espíritas donde no se habla de Kardec y donde el interrogatorio se considera subversivo y fácilmente refrenado. El desierto es la situación actual de nuestro mundo.




Una psicografía de Chico Xavier

Psicografía de Chico Xavier: ¿sería posible evocar y obtener respuestas de Espíritus como los que animaron a Chico Xavier y Allan Kardec, entre otros?

Es un hecho reconocido en la ciencia espírita que podemos evocar a los Espíritus y que, hecho con buenos propósitos y con el conocimiento que esta ciencia nos brinda, ellos acuden voluntariamente, con el deseo de dialogar con quienes buscan aprender de ellos. Sería un error creer que sólo los Espíritus superiores calificarían en este caso, pero es correcto decir que sólo los Espíritus buenos, de todas las elevaciones, calificarían, ya que los malos vendrán con malas intenciones (a menos que sean evocados con serias intenciones). y propósitos útiles) ) y sólo encontrarán resonancia entre aquellos en quienes encuentren las imperfecciones que ellos mismos cargan. La evocación de Espíritus como los de Chico Xavier y Allan Kardec es posible y muy útil, sin que nadie tenga el monopolio sobre ellos. Pero está claro que estas comunicaciones dependerán de las intenciones, conocimientos y estado moral de quienes las realicen..

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Los que pretenden tener dominio sobre ciertos Espíritus, así como los que quieren ponerse bajo el dominio de un Espíritu particular, que generalmente da un nombre pomposo e influyente y que exalta su propio orgullo, no sólo incurrirán en grave error, sino que también incurrirán en un grave error. ignorando todo el caudal de conocimientos formado por los dedicados estudios de Allan Kardec, cómo se irán adentrando en el camino amargo que comienza con la fascinación y conduce inevitablemente a la obsesión y la locura.

Dicho esto, queremos abordar la evocación del Espíritu de Chico Xavier, expuesta en el sitio web. Revista Espírita Digital. Este es un artículo más largo, pero nos centraremos en este Espíritu. Los aspectos más destacados son nuestros:

Acerca de Jesús

Otro Espíritu evocado fue Chico Xavier, a quien se le hicieron las siguientes preguntas:

1. ¿Podrías contarnos cómo entendiste a Jesús, cuando estaba en el cuerpo, y cómo lo entiendes ahora, como Espíritu?
2. ¿Viste a Jesús tan pronto como dejó su cuerpo físico?

3. ¿Lo ves ahora entre nosotros? Si es así, ¿podrías decirnos cómo lo percibes?

Aquí están las respuestas:

“Estoy aquí nuevamente amigos, felices por esta oportunidad que Dios nos ofrece.

Cuando estaba en el cuerpo, vi a Jesús como una estrella de primera magnitud, que iluminaba a los hombres y a los Espíritus, pero que estaba a miles de años luz de nosotros; esta idea nos fue enseñada en nuestra última existencia desde temprana edad, a través de la enseñanza religiosa del pasado, y después que comenzamos a dedicarnos a la mediumnidad, Los espíritus religiosos vinieron a reafirmar nuestros prejuicios sobre este punto, que no cuestionábamos, porque tales ideas estaban asentadas en nuestra alma.. Pensé que Jesús amaba a la humanidad, pero no me di cuenta de que le atribuía algunas de las características que vemos en muchos de los poderosos de la Tierra: son de difícil acceso para el hombre promedio; Parecen estar muy ocupados y, por lo tanto, no podemos relacionarnos con ellos directamente excepto mediante mucho esfuerzo y algunos intermediarios. De hecho, no había entendido las lecciones que están presentes en la tradición evangélica, especialmente que Jesús no nos dejaría huérfanos, así como que siempre estaría con quienes lo llamaran, siempre y cuando no se olvidaran de amar a sus vecinos. ((“Donde dos o tres personas se reúnan en mi nombre, allí estaré yo con ellas.” (Mat. XVIII, 20). ))

Hoy sigo viendo a Jesús como una estrella, pero entiendo que si hay una distancia enorme que nos separa de su posición en la jerarquía, no es por eso que él está distante, porque, como sabes, Tu fluido periespiritual se expande e irradia. con perfección, llegando a Espíritus y hombres con un alcance que no sabría exactamente. Lo veo hoy, sobre todo, como un hermano mayor y más maduro que quiere enseñarnos a caminar hacia la casa del Padre.

No vi a Jesús inmediatamente después de mi muerte porque no consideré esa posibilidad en absoluto, pero si el prejuicio no hubiera sido un obstáculo tan grande, inmediatamente lo habría buscado mediante el pensamiento. Sin embargo, esta reunión fue pospuesta por algún tiempo, hasta que pudiera revisar mis ideas preconcebidas. Aprendí que todos podemos verlo, tocarlo, aprender de él y que él nunca se niega a tender la mano y ayudarnos con nuestra inmensa ignorancia.

Veo a Jesús aquí, en medio de nosotros, velando por todos; Vislumbro un rostro iluminado, pero no logro captar los matices de su rostro. Sin embargo, puedo ver tu mirada, tan tierna y tan dulce... Tus ojos denotan una serenidad inmutable, y son más hermosos que el más deslumbrante atardecer. De su cuerpo espiritual brotan luces, que transmite a todos los que desean el bien, comunicándoles su virtud y haciendo que su semilla llegue al suelo profundo de los corazones de buena voluntad. El espectáculo es hermoso, amigos, y debo decir que todos los aquí presentes nos inclinamos ante él con amor y reconocimiento, porque su presencia inspira piedad y profunda reverencia. Que Jesús sea el faro donde todos podamos descansar la vista, aprovechando sus luces para caminar por el buen camino que él nos muestra.

Reciban un abrazo de alguien que está muy agradecido de estar entre ustedes. Reconozco que no estoy a la altura de responder con beneficio a preguntas tan serias, y por ello le pido que desestime cualquier error que haya podido cometer hasta el momento”. ((El grupo había invocado varias veces a este mismo Espíritu para instruirse en algunas cuestiones relativas a la mediumnidad, el periespíritu y otros temas. A esto se refiere.))

Chico Xavier
(Psicografiado el 6 de diciembre de 2016.)

REVISTA ESPÍRITU DIGITAL. Acerca de Jesús y el Espíritu de la Verdad. Consultado el 05/10/2023. Disponible https://www.revistaespirita.net/pt-br/artigo/57/sobre-jesus-e-o-espirito-de-verdade

El hecho de que se trate de un grupo serio, con conocimientos del Espiritismo y con buenas intenciones, hace más confiable la comunicación, aunque siempre debe analizarse con cautela, especialmente cuando el Espíritu se presenta bajo un nombre conocido e influyente. En el caso que nos ocupa me parece un lenguaje muy parecido al de Chico en vida, con signos característicos. Pero lo que más importa es el trasfondo, que, en lugar de chocar con la Doctrina, la confirma en sus matices.

Por ejemplo: “su fluido periespiritual se expande e irradia con perfección, alcanzando a los Espíritus y a los hombres con un alcance que no sabría exactamente definir”. Este extracto está en perfecto acuerdo con la comprensión que queda en el Génesis y termina con un humilde reconocimiento de la incapacidad de comprender.

Mi única observación, entonces, es que este Espíritu “materializa” la imagen de Cristo, transmitiendo una figura humana y, sobre este punto, cuestionaría, para ser claro, ya que la idea predominante en el Movimiento Espírita está ligada precisamente a este aspecto. de una excesiva “materialización” del mundo de los Espíritus. Puede que sea simplemente una figura retórica, como también puede ser “la enseñanza religiosa de antaño”.

Tengamos presente esta lección: podemos y debemos retomar la práctica del Espiritismo en nuestros hogares y pequeños grupos, tratándolo con la debida seriedad. Esto no puede convertirse en una fuente de mera curiosidad o entretenimiento, que colocaría a los participantes de tal responsabilidad en ese nefasto camino antes mencionado... Pero, con buen propósito y conocimiento, la comunicación con los Espíritus es útil y beneficiosa, para ambos. lados. , y no es necesario realizarlo solamente en el centro espírita.

Sugiero leer los PDF disponibles. en este enlace.




¿Se puede practicar la mediumnidad en casa?

Mi misión en este artículo es provocarte sobre el tema: ¿se puede practicar la mediumnidad en casa? Quiero que no puedas contenerte, haciendo clic en el botón al final del mismo para descargar un PDF hablando sobre el tema de las comunicaciones con los Espíritus. ¡Buenos estudios!

¿Significa esto que no es peligroso llamar a los Espíritus a los hogares?

Otra falacia que se ha extendido, y queremos creer que se debe más a la ignorancia que a la malicia de quienes la defienden, es el peligro de comunicarse con los Espíritus en los hogares. Ahora, si es posible comunicarse con ellos incluso en las cárceles, aún es más posible llamar a sus seres queridos en sus hogares.

No es la evocación la que atrae a los Espíritus

Otro punto importante a considerar, a la luz del Espiritismo, es que los Espíritus no son atraídos por la llamada directa de los hombres, es decir, por la evocación. Muchos de los que han sufrido o sufren una obsesión nunca han evocado a los Espíritus y ni siquiera saben que esto sería posible. De este número fueron todas las curas para las obsesiones que publicó Allan Kardec en su Revista. Pudimos ver este hecho en relación con aquellos que hoy sufrieron obsesiones y que fueron curados.

Niños en reuniones espíritas

Mucha gente se preguntará: ¿pueden los niños participar de las reuniones espíritas en casa? Podríamos responder a esta pregunta con otra: ¿los niños son parte de la familia? Nadie podría decir que no, o decir que para ser miembro de la familia hay que tener una edad mínima. Ahora bien, ¿qué son los niños? ¿No son Espíritus encarnados, a quienes el mundo espírita no les resulta extraño? ¿No conocen los niños a sus Ángeles, que también son Espíritus, desde la cuna, e incluso antes de nacer?




Revista Espírita – una luz aparece en medio de la oscuridad

Quizás algunos de ustedes ya sepan de qué les voy a hablar. No lo sabía y sólo puedo expresar una alegría extrema al hacerlo. Acabo de encontrar un grupo que publica al estilo de la Revista Espírita de Allan Kardec: realizando evocaciones, recibiendo informes, analizándolos, etc.

Una luz en medio de la oscuridad: Revista Espírita.

Este es el sitio web “Revista Espírita” – simplemente eso. Nombrado así a la luz de la Revista Espírita – Jornal de Estudos Psicológicas – publicación que sirvió de base para el desarrollo de la Doctrina Espírita, allí presentan evocaciones, comunicaciones espontáneas e informes personales, todos, hasta donde pude ver, dentro de la mejor racionalidad y con todas las características de la comunicación de los Espíritus debidamente alineadas con los principios científicos del Espiritismo.

La Revista Espírita Digital está subtitulada: PERIÓDICO DE DIVULGACIÓN DEL ESPIRITISMO PRÁCTICO. No podría ser más correcto.

Si no lo entiendes completamente, enfatizo: son evocaciones actuales de espíritus. Sí. Como hizo Kardec.

Nuestro objetivo no es el mismo que el de nuestro querido Maestro en aquel siglo, ni queremos siquiera insinuar que podríamos, aunque seamos varios espíritas trabajando juntos, llegar a los pies de Allan Kardec, reconociendo nuestra pequeñez. Kardec trabajó en la creación de una Ciencia, y su Revista espíritu servido para este fin. 

Lo que queremos es poner a disposición de todos, en un solo lugar, los estudios realizados con los Espíritus y que consideramos útiles; nuestra intención es hacer un simple aporte de nuestro grupo espírita, formado en febrero de 2007. Al hacerlo, deseamos mostrar nuestro agradecimiento a Allan Kardec por los esfuerzos que realizó para legarnos la ciencia espírita, que, como Sabemos que es una ciencia práctica.

equipo de Revista Espírita Digital, Curitiba, Paraná.

Como podemos ver, tienen objetivos modestos, lo que coincide plenamente con cualquiera que realmente haya entendido el Espiritismo. Pero lo más importante, y lo que quiero resaltar, es que esta iniciativa es una que necesita ser replicada, a partir del conocimiento obtenido de los trabajos de Kardec.

Desde el inicio de nuestro grupo, con la creación de este sitio web, tuve un propósito mayor en mente: infectar. Mi mayor objetivo, después de leer El legado de Allan Kardec, de Simoni Privato, y decirme “tengo que hacer algo”, fue difundir lo más posible la comprensión de que es requerido retomar las evocaciones... Y hoy cuento con dos grupos que conozco realizando este trabajo.

Los invito a leer los artículos presentados en su sitio web y realizar sus análisis, utilizando los mismos principios trazados por Kardec. Comprobar si en las comunicaciones presentadas existe algún tipo de pensamiento que delate a sus presuntos autores -entre ellos- allan kardec – y están invitados a interactuar con nosotros a través de los comentarios en nuestro sitio web y Facebook. Tengo la intención de empezar a hacer estudios sobre los artículos publicados allí.

Sólo puedo terminar diciendo: gracias a Dios.

Siga el enlace para acceder al sitio web antes mencionado: https://www.revistaespirita.net




Espiritismo Ciencia y Espiritismo Religión

Tenemos dos aspectos actualmente defendidos por el movimiento espírita: que el Espiritismo es una ciencia y que es una religión. Uniendo estos dos aspectos, algunos afirman que tiene una triple vertiente: ciencia, filosofía y religión.

Ante todo, es necesario resaltar que el Espiritismo sólo puede ser visto como religión en el aspecto filosófico, y no en el ecuménico.

Y el hecho de que sea una religión en el sentido filosófico, afirmado por Kardec, está directamente vinculado al hecho de que la Doctrina Espírita es un desarrollo del Espiritismo Racional, Movimiento Filosófico que perfiló las ciencias morales y la enseñanza francesa, en ese país, por gran parte del siglo XIX.

Si es así, os preguntaréis: ¿el Espiritismo es una religión? Pues sí, sin duda, señores; En el sentido filosófico, el Espiritismo es una religión, y por eso nos glorificamos, porque es la doctrina que funda los vínculos de fraternidad y comunión de pensamientos, no sobre una simple convención, sino sobre los fundamentos más sólidos: las leyes de la Naturaleza. .

KARDEC, Allan. Revista Espírita, diciembre de 1868. Sesión anual en conmemoración de los difuntos.

El Espiritismo, por tanto, no es una religión tal como la entendemos actualmente. Esta es precisamente la razón por la que Allan Kardec sostiene que el término no debería usarse, para no provocar malas interpretaciones y no colocar al Espiritismo en un campo en el que no encaja y donde, dejando de ser ciencia, es derrotado por la disputa entre religiones y entre ciencia y religión. No, esto no es ni apropiado ni merecido para esta doctrina nacida del método científico y presente en la propia naturaleza.

¿Por qué entonces hemos declarado que el Espiritismo no es una religión? Porque no existe una sola palabra para expresar todas las ideas y porque, en la opinión general, la palabra religión es inseparable de la idea de culto; porque despierta exclusivamente una idea de forma, que el Espiritismo no tiene. Si el Espiritismo se llamara religión, el público no vería más que una nueva edición, una variante, si se quiere, de los principios absolutos en materia de fe; una casta sacerdotal con su cortejo de jerarquías, ceremonias y privilegios; no lo separaría de las ideas del misticismo y de los abusos contra los que tan a menudo se ha levantado la opinión pública.

Como el Espiritismo no tiene ninguna de las características de una religión, en el sentido habitual de la palabra, no puede ni debe adornarse con un título sobre cuyo valor inevitablemente se habría equivocado. Por eso se dice simplemente: doctrina filosófica y moral.

ibídem.

Espiritismo-Religión

El espiritismo-religión se esconde, como religión, en los centros espíritas, así como otras religiones viven en sus iglesias y templos (incluso hay quienes ya llaman “templo” al centro espírita). No practica evocaciones y acepta ciegamente lo que dicen los médiums o Espíritus aislados, o incluso lo que determinan instituciones como la FEB – Federación Espírita Brasileña. El Espiritismo-religión se volvió dogmático y dejó de lado los principios doctrinales y científicos nacidos del largo y exhaustivo estudio de Allan Kardec. Enterró su legado, en gran parte, para quedar con las más diversas ideas falsas modernas, provenientes del misticismo, que dejó instalarse en su corazón.

Para ser seguidor del Espiritismo-religión, al individuo se le hace creer que depende de dejar de lado su propia religión, porque así funciona en este sentido. Puedes estudiar matemáticas o botánica siendo católico o evangélico, pero ese no es el caso de una religión, ¿verdad?

Pero, a menudo, este adherente sincero, sediento de conocimiento, no encuentra en el Espiritismo-religión más que una religión nueva, llena de dogmas. A veces, el Espiritismo-religión incluso llega a prejuicios y ahuyenta a nuevos adeptos, al ser categóricos al señalar personas con determinadas características y decir que son así porque estarían pagando deudas de vidas pasadas, entre otras ideas que rayan en el absurdo.

Pero esto no corresponde en absoluto al espiritismo-ciencia.

Espiritismo-Ciencia

El Espiritismo-ciencia no se escondió. Subió con la fuerza de Espiritualismo racional, que fue desarrollado por Psicología experimental, se extendió como la pólvora, como cualquier otra ciencia. No sólo fue aceptado, sino estudiado, en persona, por personas de las capas más educadas de la sociedad. Príncipes, princesas, reyes, reinas, filósofos, científicos, médicos, doctores. Se extendió, como algo puramente claro y racional, entre personas religiosas de todas las religiones, encontrando entre ellos incluso a católicos ortodoxos y musulmanes.

IV. ─ Respecto a la instrucción:El nivel de educación es muy fácil de evaluar a través de correspondencia. Instrucción cuidadosa, 30%; simples eruditos, 30%; educación superior, 20%; ─ semianalfabeto, 10%; ─ analfabetos, 6%; ─ oficiales sabios, 4%.

V. ─ En cuanto a las ideas religiosas: Católicos romanos, librepensadores, no sujetos a dogmas, 50%; ─ Católicos griegos, 15%; ─ judíos, 10%; ─ protestantes liberales, 10%; ─ Católicos vinculados a dogmas, 10%; ─ Protestantes ortodoxos, 3%; ─ Musulmanes, 2%.

KARDEC, Allan. Revista Espírita, enero de 1869. Estadísticas del Espiritismo.

¡Ah!, qué maravilloso y, al mismo tiempo, sencillo era el Espiritismo-ciencia. Se practicaba en los hogares. Las familias realizaron evocaciones privadas de sus seres queridos, de ellos aprendieron y se consolaron. A veces evocaban Espíritus sufrientes y los ayudaban a calmarse, con nuevas comprensiones. Con frecuencia enviaban las notas de esas evocaciones a Allan Kardec, quien las analizaba con los demás asociados del SPEE. ¡Cuántas veces estas particulares evocaciones han dado lugar a nuevas hipótesis y nuevas investigaciones!

El espiritismo-ciencia se tomó en serio. No se admitían nuevos principios doctrinales sin ser verificados por el método del doble control: la comunicación del mismo principio en todas partes, siendo estas comunicaciones evaluadas a la luz de la lógica y la razón. Nada fue negado o aceptado sin realizar este proceso. ¿Cuántas veces Kardec ha retrocedido y abandonado una hipótesis, considerándola inválida frente a la evidencia?

En el espiritismo-ciencia, el centros Eran centros serios de estudio. Practicaban evocaciones con fines de aprendizaje y, en los casos más graves, según los preceptos de Kardec, ni neófitos ni curiosos eran admitidos en las reuniones mediúmnicas.

Se necesita ciencia espiritista. Kardec encontró en él argumentos muy claros y racionales para descartar las críticas más absurdas e infundadas contra el Espiritismo. Hoy en día, la religión espiritista pierde frecuentemente adeptos por la incredulidad, porque las ideas nacidas de la aceptación ciega no pueden enfrentarse a la razón.

Haríamos mejor si ni siquiera habláramos de “Espiritismo-religión”, sino sólo de “Movimiento Espírita Religioso”, tal vez. Pero es importante resaltar la incongruencia entre ambos conceptos, ya que es necesario hacer esfuerzos para volver al “Espiritismo-ciencia”, aquel que todos pueden estudiar, sin abandonar sus religiones; el que da fe razonada, que puede enfrentarse a la razón en cualquier momento; el que, finalmente, no terminó con Kardec y debe continuar.

El Espiritismo-ciencia encuentra su formación ampliamente registrada en la Revista Espírita de 1858 a 1869, resultado de un trabajo exhaustivo de más de 12 años sobre comunicaciones, evocaciones y manifestaciones espontáneas de miles de Espíritus, por miles de médiums, en miles de grupos, por por todo el mundo. El “Espiritismo-religión” se encuentra predominantemente en las novelas, fruto de la opinión de un Espíritu, que no se interroga a sí mismo con el método necesario.

En la fecha en que se celebra el natalicio de Allan Kardec, creo que debemos hacer mucho más para defender su legado, que lejos de ser una creación religiosa para guiar a los creyentes, abarca la toda la comunidad de Espíritus encarnantes en el planeta Tierra. Este legado es más grande que yo, que tú, que nuestro grupo. No depende ni debe depender de la opinión de nadie. Es necesario recuperarlo en su origen. Aquí está el trabajo.


Allan Kardec, gran responsable del Espiritismo como ciencia.

Hasta el último momento de su existencia física, Allan Kardec dejó profundas enseñanzas. Murió como vivió: trabajando para el Espiritismo. Sus manos laboriosas se despidieron de este mundo entregando la Revista Espírita, periódico en el que registró sus enseñanzas, sus luchas, sus victorias y, en ese último instante, su inmortalidad.

[…]

En el cementerio, los curiosos intentaron posicionarse en los lugares donde pudieran escuchar los discursos. Sin embargo, cuando el ataúd descendió al fondo de la tumba, la emoción acalló las palabras; hubo un gran silencio.

PRIVADO, Simoni. El legado de Allan Kardec.




Alzheimer y Espiritismo: ¿expiación de deudas de vidas pasadas?

Hace algún tiempo, un medio muy bien conocida dijo, en público, hablando de Alzheimer y de Espiritismo, que las enfermedades degenerativas son expiación de errores de vidas pasadas...

Amigos, tengan cuidado con las generalizaciones. Lamentablemente, la mayoría de los espíritas activos, y que hablan en nombre de la Doctrina, no conocen el Espiritismo en su realidad.

Olvidamos que las actitudes de esta vida, consciente o no, tiene consecuencias en esta vida? ¿Hemos olvidado que el consumo prolongado de determinadas sustancias, incluidas las que se venden en las farmacias, provocan daños en nuestro organismo?

Fue por estas ideas que, cuando mi abuela murió de cáncer, Me rebelé contra Dios, porque me preguntaba cómo una persona tan buena como ella podía tener que “pagar” por algo tan malo. Lamentable efecto de estas opiniones absurdas, finalmente superadas por el estudio del Espiritismo en su realidad.

¿De dónde sacamos esas ideas que padecemos en esta vida para saldar deudas, sino de la ausencia de un estudio profundo de la ciencia espírita?

Ver: la prueba es todos lo que enfrentamos en la vida y lo que nos permite aprender. Ya el expiación es la elección consciente del Espíritu que pretende intentar desprenderse de una imperfección adquirida por su propia voluntad.

“8o) La duración de la pena está sujeta a la perfección del espíritu culpable. No se ha pronunciado contra él ninguna condena por tiempo determinado. Lo que Dios requiere para poner fin al sufrimiento es arrepentimiento, expiación y reparación; en definitiva: una mejora seria y efectiva, así como un retorno sincero al bien”. – KARDEC, Allan. Cielo e Infierno, Capítulo VIII – Penas futuras según el Espiritismo. Editorial FEAL

“Reparar” es reparar este desvío, para quien lo toma. No todos toman estos desvíos, pero seguiremos encarnando en los planetas relacionados con nuestra evolución espiritual, donde sufriremos las vicisitudes de la materia, cada vez más pequeña, a medida que ascendemos en el aprendizaje. colaborativo.

No hay karma en el Espiritismo.




Un evangélico que estudia el Espiritismo

Me alegra cada vez más comprobar que crece el interés por el Espiritismo entre las religiones, e incluso entre el protestantismo evangélico. Hoy vengo a hablarles de un evangélico que estudia el Espiritismo.

El amigo P..., con quien tuve un contacto agradecido, dice que nació en el medio protestante y creció en él. Sin embargo, dice que su padre, desde su infancia, le enseñó a no creer ciegamente lo que decían los pastores, recomendando que, En caso de duda, busque lo que está escrito en la Biblia.. Éste es el principio del Espiritismo, enseñado por un evangélico: la búsqueda de la razón, sin creer ciegamente en nada. Siempre es triste constatar que, hoy, este principio no se encuentra ni siquiera en el propio movimiento espírita.

Miren amigos cuanto es. básico transmitir los mejores valores a los niños. También doy mi ejemplo, porque mi padre también me enseñó lo mismo, reflejando las enseñanzas de Kardec, que son puramente científicas. Aunque pasé por un período de incredulidad, porque lo que una vez supe No estaba formado en esta ciencia que es el Espiritismo., logré reencontrar mi camino, y hoy estudio la Doctrina Espírita donde reside en toda su confiabilidad: en las obras de Allan Kardec.

Los religiosos estudiaron el Espiritismo en el pasado

Quiero resaltar que Kardec, en la Revista Espírita de enero de 1869, da las siguientes estadísticas sobre los seguidores espíritas:

En cuanto a las ideas religiosas:

  • católicos romanos, librepensadores, no sujetos a dogmas, 50%;
  • católicos griegos, 15%;
  • judíos, 10%;
  • protestantes liberales, 10%;
  • Católicos vinculados a dogmas, 10%;
  • protestantes ortodoxos, 3%;
  • Musulmanes, 2%.

Son cifras muy interesantes, sobre todo si se las compara con la época actual, en la que el Espiritismo, visto como una religión (una idea falsa), encuentra resistencia y dificultad para proliferar. El protestante, en aquella época, es el evangélico de hoy.

No está de más recordar que El Espiritismo es la ciencia de la Creación misma, existente entre todos y burlándose, con sus fenómenos, incluso quienes lo niegan. Al ser, ante todo, una ciencia, puede ser estudiada por todos, con gran beneficio, y sólo a través de las adulteraciones dejó de serlo.

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La importancia de cuestionar

Pero también es un hecho que muchos de los que llegan al Espiritismo entran por la puerta de las falsas ideas que reinan en el movimiento espírita moderno, muy reacio a retomar a Kardec, en primer lugar. Aquí debo reconocer una vez más la fuerza de voluntad de P…, nacido en un medio evangélico, pero que nunca dejó de lado el razonamiento y, habiendo encontrado material que demuestra la ciencia espírita, rápidamente encontró en él algo que respondía a sus preguntas racionales.

Por eso siempre destaco la importancia de que cada uno haga su parte, de la mejor manera que pueda. Pero, para ello, es esencial solidificar el conocimiento en la ciencia. Se cometen menos errores actuando de esta manera.

Puerto seguro

El refugio seguro del Espiritismo está en las obras de Kardec, no porque él haya dado la última palabra, sino porque las palabras que dio nacieron de la método científico. Hoy en día, habiendo abandonado el método, existe una infinidad de ideas falsas, muchas veces contrarias a los principios doctrinales, nacido del estudio metodológico de miles de Espíritus, evocados o libremente comunicados, en todas partes.

Es necesario estudiar y, a partir de este estudio solidificado, es necesario producir. Hagamos nuestra parte, ya que hay muchos otros como P…, – Protestantes, Católicos, Umbanda, etc. – en todo el mundo, que simplemente carecen de contacto con las ideas verdaderas.




El infierno, según el Espiritismo

El Espiritismo demostró la imposibilidad de la existencia del Infierno, así como del Purgatorio como lugar después de la muerte. Es lógico señalar que, al hacerlo, demuestra la imposibilidad de las construcciones modernas de ideas como la de límite. Pero, al mismo tiempo, demostró la existencia de estos dos últimos, no como un lugar fluídico, sino como un lugar material: los propios planetas como la Tierra e inferiores, donde, literalmente, purga imperfecciones adquiridas:

“Es, por tanto, en encarnaciones sucesivas que el alma se va despojando poco a poco de sus imperfecciones, es decir, que se purga, hasta ser lo suficientemente pura como para merecer dejar los mundos de expiación e ir a mundos más felices, de donde podrá luego parte para disfrutar de la felicidad suprema ((Al inicio de su evolución, existen imperfecciones que son hábitos erróneos creados por el apego, que resultan en orgullo y egoísmo. Esta responsabilidad personal, sólo para quienes eligen este doloroso camino, configura la condición de imperfección y sufrimiento moral que deben ser superados mediante la expiación. Sin embargo, en los planetas primitivos, hay vicisitudes resultantes de la falta de inteligencia para crear mejores condiciones de vida y comodidad, en términos de alimentación, vivienda, educación, trabajo, familia. , todos enfrentan pruebas, que son oportunidades de progreso, individual y colectivo. Son los planetas de la expiación y de las pruebas. (N. hacer E.) )).

Por tanto, el Purgatorio ya no es una idea vaga e incierta, es una realidad material que vemos, tocamos y sufrimos. Él está en los mundos de la expiación, y la Tierra es uno de esos mundos: en ella los hombres expían el pasado y el presente en beneficio de su futuro. Pero, contrariamente a la idea tradicional del Purgatorio, depende de cada uno acortar o prolongar su estancia allí, en función del grado de avance y pureza que alcance a través del trabajo sobre sí mismo. Dejamos estos mundos no porque nuestro tiempo haya llegado a su fin, ni por mérito ajeno, sino por mérito propio, según las palabras de Cristo: –A cada uno, según sus obras–, palabras que resumen toda la justicia de Dios.

El Espiritismo no vino, por tanto, a negar la pena futura, sino al contrario, a confirmarla. Lo que destruye es el infierno localizado., con sus hornos y sus penas irremisibles. No niega el Purgatorio, porque prueba que nos encontramos en él, definiéndolo y detallándolo, explicando la causa de la miseria terrena, haciendo así creer a quienes lo negaban”.

KARDEC, Allan. El cielo y el infierno – Editora FEAL




Paul Broca y el magnetismo

Pierre Paul Broca, Dr. Broca, es reconocido en los círculos médicos por ser un importante contribuyente en este campo. Niño prodigio, fue un gran cirujano y antropólogo francés. Pero hay una faceta absolutamente desconocida de sus experiencias, ligada al Magnetismo de Mesmer (léase “Mesmer: la ciencia negada del Magnetismo Animal”, de Paulo Henrique de Figueiredo), entonces conocida sólo por uno de sus “hijos”: el hipnotismo.

Abordando las experiencias de varios científicos y médicos de renombre de la época, el propio Allan Kardec presenta, en la Revista Espírita de enero de 1860, el artículo “magnetismo hacia la academia“, del cual destacamos las siguientes partes:

“El Sr. Azam, profesor suplente de cirugía clínica en la Escuela de Medicina de Burdeos, después de haber repetido con éxito los experimentos del Dr. Braid, intercambió ideas con el Dr. Paul Broca, quien imaginaba que las personas hipnotizadas tal vez eran insensibles al dolor de las operaciones quirúrgicas. La carta que acaba de dirigir a la Academia de Ciencias es un resumen de sus experiencias al respecto.

“En primer lugar, tuvo que asegurarse de la realidad del hipnotismo, lo que logró sin dificultad.

“Al visitar a una señora de unos cuarenta años, algo histérica y que estaba postrada en cama debido a una leve indisposición, el Dr. Broca fingió que quería examinar los ojos de la paciente y le pidió que mirara fijamente un pequeño frasco de oro que sostenía a su alrededor. quince centímetros de distancia de la raíz de la nariz. Después de tres minutos sus ojos se pusieron un poco rojos, sus rasgos estaban quietos, sus respuestas eran lentas y difíciles, pero perfectamente racionales. El Dr. Broca levantó el brazo del paciente y éste quedó en posición izquierda; posicionó sus dedos en las situaciones más extremas y los mantuvo; Pellizcó la piel en varios lugares, con cierta fuerza, y, al parecer, el paciente no sintió nada. ¡Catalepsia, insensibilidad! El Dr. Broca no continuó con el experimento, pues ya le había enseñado lo que quería saber. Un masaje en los ojos y un soplo de aire frío en la frente devolvieron al paciente a la normalidad. Ella no recordaba lo que había sucedido.

“Quedaba por ver si la insensibilidad hipnótica resistiría la prueba de las operaciones quirúrgicas.

“Entre los pacientes del Hospital Necker, al servicio del Dr. Follin, se encontraba una pobre señora de 24 años, víctima de una extensa quemadura en la espalda y ambos miembros derechos y de un absceso extremadamente doloroso. Los movimientos más pequeños eran para él un suplicio. Agotada por el sufrimiento y, además, muy pusilánime, esta infortunada mujer pensó con terror en la operación que era necesaria. Fue allí donde, según el Dr. Follin, el Dr. Broca decidió completar la prueba de hipnotismo.

“La pusieron en una cama frente a la ventana, impidiéndole conciliar el sueño. Al cabo de dos minutos sus pupilas se dilataron. Le levantaron el brazo izquierdo casi verticalmente por encima de la cama y permaneció inmóvil. En el cuarto minuto sus respuestas son lentas y casi dolorosas, pero perfectamente sensatas. Quinto minuto: el Dr. Follin le pellizca la piel del brazo izquierdo y la paciente no lo acusa; Nueva mordida, más profunda, que produce sangre, y la misma impasibilidad. Levantan el brazo derecho, que queda en el aire. Luego se levantan las cubiertas y se alejan las extremidades inferiores, para revelar el asiento del absceso. La paciente consiente y tranquilamente dice que, sin duda, la harán daño. Una vez abierto el absceso, deja escapar un débil grito. Fue el único signo de reacción y duró menos de un segundo. Ni el más mínimo temblor de los músculos de la cara o de las extremidades, ni un movimiento de los brazos, siempre elevados verticalmente sobre la cama. Los ojos ligeramente inyectados en sangre estaban muy abiertos y el rostro tenía la inmovilidad de una máscara...

“Levantado, el pie izquierdo queda suspendido. Le quitan el objeto brillante, un catalejo, y la catalepsia persiste. Por tercera vez le pican el brazo izquierdo, la sangre borbotea y la operada no siente nada. Durante 13 minutos, el brazo ha mantenido la posición que le fue dada.

“Finalmente, un masaje en los ojos y una bocanada de aire fresco despiertan a la joven casi de repente. Relajados, los brazos y la pierna izquierda caen inmediatamente sobre la cama. Se frota los ojos, recupera el conocimiento, no recuerda nada y se sorprende de que la hayan operado. La experiencia había durado entre 18 y 20 minutos. El período de anestesia, de 12 a 15.

“Estos son, en resumen, los hechos esenciales informados por el Dr. Broca a la Academia de Ciencias. Ya no están aislados. Un gran número de cirujanos de nuestros hospitales han tenido el honor de repetirlos y lo han hecho con éxito. El objetivo del Dr. Broca y sus ilustres colegas era, y debía ser, quirúrgico. Esperemos que, como medio para provocar la insensibilidad, el hipnotismo tenga todas las ventajas de los agentes anestésicos, sin tener sus inconvenientes. Pero la Medicina no es nuestro dominio y, para no desviarnos de sus responsabilidades, nuestra Revista sólo debe considerar el hecho desde un punto de vista fisiológico.

KARDEC, Allan. Revista Espírita de enero de 1861.




Mediumnidad en los animales

Extractos de un artículo sobre mediumnidad en animales, obtenido de la Revista Espírita de agosto de 1861.

Para empezar, comprendamos nuestros hechos. ¿Qué es un medio? Es el ser, el individuo que sirve de vínculo a los Espíritus, para que puedan comunicarse fácilmente con los hombres, Espíritus encarnados. En consecuencia, sin un medio no existen comunicaciones tangibles, mentales, escritas, físicas o de cualquier tipo.

Hoy abordo el problema de la mediumnidad animal, planteado y apoyado por uno de sus más fervientes seguidores. En virtud del axioma de quién puede hacer más, puede hacer menos, afirma que podemos mediar en aves y otros animales, utilizándolos en nuestras comunicaciones con la especie humana. Es lo que en Filosofía, o mejor dicho, en Lógica, llamáis pura y simplemente un sofisma.

Los hombres siempre están dispuestos a exagerar todo. Algunos, y no me refiero a los materialistas, niegan el alma a los animales y otros quieren concederles una, por así decirlo, similar a la nuestra. ¿Por qué querrías confundir lo perfectible con lo imperfectible? No no. Estad bien convencidos de que el fuego que anima a los animales, el soplo que los hace actuar, moverse y hablar su lengua, no tiene, hasta ahora, capacidad de mezclarse, de unirse, de fundirse con el soplo divino, el alma etérea, el Espíritu, en una palabra que anima al ser esencialmente perfectible, el hombre, este rey de la Creación. Ahora bien, ¿no es esta condición esencial de perfectibilidad lo que marca la superioridad de la especie humana sobre otras especies terrestres? ¡Entonces! Reconoced, por tanto, que no es posible asimilar al hombre, única persona perfectible en sí y en sus obras, a ningún individuo de las demás razas vivientes sobre la Tierra.

Ciertamente los Espíritus pueden volverse visibles y tangibles por los animales, muchas veces repentinamente presas de ese miedo que les parece infundado, y que es provocado por la visión de uno o más de estos Espíritus con intenciones maliciosas hacia los individuos presentes o hacia los propietarios de estos. animales. A menudo se encuentran caballos que no quieren avanzar ni retroceder o que se detienen ante un obstáculo imaginario. ¡Pues bien! Asegúrate de que el obstáculo imaginario sea a menudo un Espíritu o un grupo de Espíritus que se divierten impidiéndoles avanzar. Recuerde el asna de Balaam, que vio un ángel frente a él y, temiendo su espada de fuego, insistió en no avanzar. Antes de hacerse visible a Balaam, el ángel quería mostrarse sólo al animal. Pero, repito, no mediatizamos directamente a los animales ni a la materia inerte. Siempre necesitamos la asistencia consciente o inconsciente de un médium humano, porque necesitamos la unión de fluidos similares, que no encontramos en los animales ni en la materia densa.

Dice que el señor Thiry magnetizó a su perro. ¿Que pasó? Lo mató, porque este desgraciado animal cayó después en una especie de atonía, de languidez, a consecuencia de la magnetización. En efecto, inundándolo con un fluido extraído de una esencia superior a la esencia especial de su naturaleza, lo aplastó y actuó sobre él, aunque más lentamente, a la manera de un rayo. Así, como no hay identificación posible entre nuestro periespíritu y la envoltura fluídica de los propios animales, los aplastaríamos instantáneamente si los mediumnizáramos.

Dicho esto, reconozco plenamente que los animales tienen habilidades diferentes; que ciertos sentimientos; que en ellos se desarrollan ciertas pasiones idénticas a las humanas; que son sensibles y reconocidos, vengativos y odiosos, según se actúe bien o mal con ellos. Es que Dios, que nada hace incompleto, ha dado a los animales compañeros o servidores del hombre, cualidades de sociabilidad de las que carecen por completo los animales salvajes que habitan en soledad.

En resumen: los hechos mediúmnicos no pueden manifestarse sin la asistencia consciente o inconsciente del médium, y sólo entre los encarnados, Espíritus como nosotros, podemos encontrar quienes puedan servirnos como médiums. En cuanto a educar a perros, pájaros u otros animales para que hagan tales o cuales ejercicios, eso es asunto tuyo y no nuestro.

ERASTO.

Revista Espírita, agosto de 1861 – los animales medianos

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