Allan Kardec y la revolución moral de la humanidad

El siguiente artículo contiene contenidos amablemente puestos a disposición por el Centro Espírita Nosso Lar – Casas André Luiz, y corresponde al evento realizado recientemente por Paulo Henrique de Figueiredo sobre el tema destacado.

La presentación se puede descargar fácilmente a través de desde este enlace y también se puede escuchar en Podcast, cuyo audio te brindamos a continuación.


A continuación se detallan los temas de la conferencia, que se pueden ver en la presentación proporcionada y en el audio de arriba.

ENCUENTRO CON LA CULTURA ESPIRITISTA – Allan Kardec y la revolución moral de la humanidad

Paulo Henrique de Figueiredo – 28 y 29 de octubre de 2023




Los problemas de la creencia en la nada (nihilismo) y el castigo

La creencia en el castigo, incluso dentro del Espiritismo (o Movimiento Espírita) y la creencia en la nada llevan al hombre a dos situaciones muy complicadas. Veamos:

Cuando crees en la nada, te centras en disfrutar del presente a cualquier precio. Esto es lo que Kardec nos muestra en Cielo e Infierno (FEAL):

¿Hay algo más desesperante que la idea de la destrucción absoluta? ¡Sagrados afectos, inteligencia, progreso, conocimientos laboriosamente adquiridos, todo se desharía, todo se perdería! ¿Qué necesidad tiene el esfuerzo de ser mejores, de reprimir las pasiones, de enriquecer nuestro espíritu, si no queremos sacar ningún fruto de ello, sobre todo ante la idea de que mañana, tal vez, ya no nos sirva de nada? Si así fuera, la suerte del hombre sería cien veces peor que la del salvaje, que vive enteramente en el presente, en la satisfacción de sus apetitos materiales, sin aspiraciones de porvenir. Una intuición secreta nos dice que eso no es posible.

Pela crença no nada, o homem inevitavelmente concentra seu pensamento na vida presente. Não haveria, com efeito, por que se preocupar com um futuro do qual nada se espera. Essa preocupação exclusiva com o presente o leva naturalmente a pensar em si antes de tudo; é, portanto, o mais poderoso estímulo ao egoísmo. O incrédulo é coerente quando chega à conclusão: “Desfrutemos enquanto aqui estamos, desfrutemos o máximo possível, pois, depois de nós, tudo estará acabado; gozemos depressa, porque não sabemos quanto tempo durará”, assim como a esta outra, bem mais grave aliás para a sociedade: “Desfrutemos, não importa à custa de quem; cada um por si; a felicidade, cá embaixo, é do mais astuto”. Se o escrúpulo religioso restringe a ação de alguns, que freio terão aqueles que em nada creem? Para estes, a lei humana somente alcança os tolos, e por isso dedicam seu talento a maneiras de dela se esquivarem. Se há uma doutrina nociva e antissocial, é certamente a do neantismo ((Doutrina do nada, niilismo)), porque rompe os verdadeiros laços de solidariedade e de fraternidade, alicerce das relações sociais.”

KARDEC, Allan. Cielo e Infierno, Editora FEAL.

Algo diametralmente opuesto al pensamiento nihilista glorificado por Nietzsche:

El descubrimiento de la moral cristiana es un acontecimiento único, una verdadera catástrofe. El sagrado pretexto de hacer mejor a la humanidad aparece como la astucia de agotar la vida misma, de hacerla anémica. El concepto del más allá se inventó para devaluar el único mundo que existe, ¡para privar a nuestra realidad terrenal de todo propósito, de toda razón, de toda finalidad! El concepto de alma, de espíritu y, finalmente, de alma inmortal, se inventó para despreciar el cuerpo. Finalmente - y esto es lo más terrible - en el concepto del hombre bueno, uno se pone del lado de todo lo que es débil, enfermo, un fracaso, de lo que es pasivo en sí mismo, de todo lo que debe perecer - se contradice la ley de la selección natural, y se hace un ideal de la oposición al hombre altivo y exitoso, al hombre que dice sí, al hombre que garantiza y está seguro del futuro - esto se convierte ahora en el hombre malo... Y todo esto se creía que era moral.

NIETZSCHE, 2008, pág. 99-100

Por outro lado, quando o homem acredita na ideia da queda pelo pecado ou na vida humana como uma forma de “pagar dívidas”; em outras palavras: quando ele acredita na ideia do castigo divino, ele se torna inapto a lidar pró-ativamente com seus problemas. Uma mulher que, por exemplo, viva com um mau companheiro, que a agrida, física ou moralmente, pode crer (e muitos lhe afirmam isso) que está vivendo um “resgate” de vidas passadas. Deve, portanto, se submeter às condições desumanas, para, segundo dizem, “quitar seus débitos”.

Esta forma de pensar se enseña a menudo desde los primeros días del niño, cuando se le somete a castigos en lugar de animarle a desarrollar su propia autonomía racional. Ya tratamos este tema en el artículo "El castigo irrita e impone. No eduques por la razón.


El fanatismo de la credulidad crea incrédulos, porque no responde a nada. Saca al individuo del control de su responsabilidad: si hace el mal, es culpa del diablo; si hace el bien, es gracia divina.

El fanatismo de la incredulidad, por otra parte, va en la misma dirección y produce lo mismo que el primero: el individuo, haga el mal o el bien, se debe a su ADN.

Ambas convierten a las personas en autómatas a los que sólo les quedan los placeres mundanos y la perspectiva de la nada o la condenación eterna. El camino del medio, en su excelencia racional, es el Espiritismo Racional y el Espiritismo (en su origen). Véase este estudio: https://www.youtube.com/watch?v=OCD2_iAQySw.


Recomendamos a todos el siguiente estudio:




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La encarnación como castigo por el pecado

El artículo siguiente, que trata del principio de la no retrogradación del Espíritu y elimina la idea de la reencarnación como castigo, fue obtenido del artículo “Sobre el principio de la no retrogradación del Espíritu”, de la Revista Espírita de junio de 1863. Contradice lo incluido en la adulteración del Cielo y del Infierno, como demostramos “La prueba más contundente de la manipulación del Cielo y el Infierno de Allan Kardec“.

Como se han planteado varias veces cuestiones sobre el principio de la no retrogradación de los espíritus, principio que ha sido interpretado de manera diferente, trataremos de resolverlas. El Espiritismo quiere ser claro para todos y no dejar a sus futuros adeptos ningún motivo para discutir sobre las palabras, por lo que todos los puntos susceptibles de interpretación serán dilucidados sucesivamente.

Los espíritus no retroceden, en el sentido de que no pierden nada de lo que han progresado. Pueden permanecer momentáneamente inmóviles, pero no pueden volverse malos por ser buenos, ni ignorantes por ser sabios. Este es el principio general, que sólo se aplica al estado moral y no a la situación material, que de buena puede volverse mala si el Espíritu lo ha merecido.

Hagamos una comparación. Supongamos un hombre de mundo, culto, pero culpable de un delito que le lleva a galeras. Para él, sin duda se ha producido una gran caída en la posición social y el bienestar material. A la estima y la consideración suceden el desprecio y la abyección. Sin embargo, no ha perdido nada en cuanto al desarrollo de su inteligencia. Llevará a la cárcel sus facultades, sus talentos y sus conocimientos. Es un hombre caído, y así es como deben entenderse los espíritus caídos. Dios puede, pues, después de un cierto período de prueba, sacar de un mundo donde no han progresado moralmente, a aquellos que le han descubierto, que se han rebelado contra sus leyes, y enviarlos a expiar sus errores y su endurecimiento en un mundo inferior, entre seres aún menos avanzados. Allí serán lo que eran antes, moral e intelectualmente, pero en una condición infinitamente más penosa, debido a la propia naturaleza del globo y, sobre todo, al medio en el que se encuentran. En una palabra, estarán en la posición de un hombre civilizado obligado a vivir entre salvajes, o de un hombre educado condenado a la sociedad de los forzados. Han perdido su posición y sus ventajas, pero no han retrocedido a su estado primitivo. No se han convertido de adultos en niños. Esto es lo que se entiende por no regresión. Si no han aprovechado su tiempo, tienen que empezar de nuevo. En su bondad, Dios no quiere dejarlos más tiempo entre los buenos, cuya paz perturban, y por eso los envía a vivir entre hombres cuya misión será hacerlos progresar enseñándoles lo que saben. Mediante este trabajo podrán avanzar y regenerarse, expiando las faltas pasadas, como el esclavo que paga poco a poco para comprar un día su libertad. Sin embargo, como el esclavo, muchos sólo ahorran dinero en lugar de acumular virtudes, las únicas que pueden pagar su rescate.

Esta ha sido hasta ahora la situación en nuestra Tierra, un mundo de expiación y pruebas, donde la raza adámica, una raza inteligente, fue exiliada entre las razas primitivas inferiores que la habitaban antes que ella. Por eso hay tanta amargura aquí, amargura que está lejos de ser sentida en el mismo grado por los pueblos salvajes.

Existe, ciertamente, un retroceso del Espíritu en el sentido de que frena su progreso, pero no desde el punto de vista de sus adquisiciones, a causa de las cuales y del desarrollo de su inteligencia, su degradación social le resulta más penosa. Por eso el hombre de mundo sufre más en un medio abyecto que el hombre que ha vivido siempre en el fango.

Según un sistema algo engañoso a primera vista, los espíritus no fueron creados para encarnarse y la encarnación sólo sería el resultado de su falta. Tal sistema es socavado por la mera consideración de que si no hubiera faltado ningún espíritu, no habría seres humanos en la Tierra ni en otros mundos. Ahora bien, puesto que la presencia del hombre es necesaria para el mejoramiento material de los mundos; puesto que contribuye con su inteligencia y su actividad a la obra general, es uno de los engranajes esenciales de la Creación. Dios no podría subordinar la realización de esta parte de su obra a la eventual caída de sus criaturas, a menos que dispusiera de un número suficiente de culpables para proporcionar obreros a los mundos creados y por crear. El sentido común rechaza tal idea.

La encarnación es, pues, una necesidad para el Espíritu que, en el cumplimiento de su misión providencial, trabaja por su propio progreso mediante la actividad y la inteligencia que debe desarrollar para proveer a su vida y bienestar.

Pero la encarnación se convierte en un castigo cuando, al no haber hecho lo que debía, el Espíritu se ve obligado a empezar de nuevo y multiplica sus dolorosas existencias corpóreas por su propia culpa. Un estudiante sólo se gradúa después de haber aprobado todas las clases. ¿Son estas clases un castigo? No. Son una necesidad, una condición indispensable para su progreso. Pero si, por pereza, se ve obligado a repetirlas, entonces es un castigo. Aprobar algunas de ellas es un mérito. Lo cierto, por tanto, es que la encarnación en la Tierra es un castigo para muchos de los que la habitan, porque habrían podido evitarla, mientras que pueden haberla duplicado, triplicado, centuplicado, por su propia culpa, retrasando así su entrada en mundos mejores. Lo que está mal es admitir, en principio, la encarnación como castigo.

Otra cuestión que se discute a menudo es la siguiente: puesto que el Espíritu fue creado simple e ignorante, con la libertad de hacer el bien o el mal, ¿no tiene una caída moral cuando toma el camino equivocado, considerando que hace un mal que antes no hacía?

Esta proposición no es más sostenible que la anterior. Sólo hay caída cuando se pasa de un estado relativamente bueno a otro peor. Ahora bien, creado simple e ignorante, el Espíritu está, en su origen, en un estado de nulidad moral e intelectual, como el niño que acaba de nacer. Si no ha hecho el mal, tampoco ha hecho el bien; no es feliz ni infeliz; actúa sin conciencia ni responsabilidad. Como no tiene nada, no puede perder nada y no puede retroceder. Su responsabilidad sólo comienza cuando se desarrolla su libre albedrío. Su estado primitivo no es, pues, el de una inocencia inteligente y razonada. En consecuencia, el mal que hace más tarde, quebrantando las leyes de Dios y abusando de las facultades que le han sido dadas, no es un retorno del bien al mal, sino la consecuencia del mal camino por el que entró.

Esto nos lleva a otra pregunta. ¿Podría Nerón, por ejemplo, mientras estaba encarnado como Nerón, haber cometido más maldades que en su encarnación anterior? A esto respondemos "sí", lo que no implica que en la existencia en la que hubiera hecho menos maldad hubiera sido mejor. Para empezar, el mal puede cambiar de forma sin ser un mal mayor o menor. La posición de Nerón como emperador, al haberle puesto en el punto de mira, permitió que sus acciones fueran más ampliamente reconocidas. En una existencia oscura pudo haber cometido actos igualmente reprobables, aunque a menor escala, que pasaron desapercibidos. Como gobernante, podría haber ordenado el incendio de una ciudad. Como persona corriente, podría quemar una casa y hacer perecer a su familia. Un asesino ordinario que mata a unos cuantos viajeros para desposeerlos, si estuviera en el trono sería un tirano sanguinario, haciendo a gran escala lo que su posición sólo le permite hacer a pequeña escala.

Considerando la cuestión desde otro punto de vista, podemos decir que un hombre puede hacer más mal en una existencia que en la anterior, mostrar vicios que no tenía, sin que ello implique degeneración moral. A menudo son las ocasiones las que faltan para hacer el mal. Cuando el principio existe en estado latente, llega la ocasión y se revelan los malos instintos.

La vida ordinaria nos ofrece numerosos ejemplos de ello: Un hombre que se tenía por bueno revela de pronto vicios que nadie sospechaba y que causan admiración. Es simplemente porque supo disimularlo, o porque una causa provocó el desarrollo de un mal germen. Es muy cierto que aquellos en quienes los buenos sentimientos están fuertemente arraigados ni siquiera tienen el pensamiento del mal. Cuando tal pensamiento existe, el germen existe. A menudo sólo falta la ejecución.

Entonces, como hemos dicho, el mal, incluso bajo formas diferentes, sigue siendo mal. El mismo principio vicioso puede ser la fuente de una serie de actos diferentes que tienen su origen en la misma causa. El orgullo, por ejemplo, puede hacer que se cometan un gran número de faltas, a las que se está expuesto mientras no se extirpe el principio radical. Un hombre puede, pues, tener faltas en una vida que no habría mostrado en otra, y que no son más que las diversas consecuencias del mismo principio vicioso.

Para nosotros, Nerón es un monstruo porque cometió atrocidades. Pero, ¿es creíble que estos hombres pérfidos e hipócritas, verdaderas víboras que siembran el veneno de la calumnia, expolian a las familias mediante la astucia y el abuso de confianza, que cubren sus fechorías con la máscara de la virtud para alcanzar sus fines con mayor seguridad y recibir alabanzas cuando sólo merecen execración, es creíble, decíamos, que sean mejores que Nerón? Desde luego que no. Reencarnarse en un Nerón no sería para ellos una regresión, sino una oportunidad de mostrarse bajo una nueva luz. En esta condición, mostrarán los vicios que solían ocultar. Se atreverán a hacer por la fuerza lo que antes hacían con astucia: ésa es toda la diferencia. Pero esta nueva prueba sólo hará más terrible su castigo si, en lugar de aprovechar los medios que se les dan para enmendarse, los utilizan para el mal. Sin embargo, toda existencia, por mala que sea, es una oportunidad para que el Espíritu progrese. Desarrolla su inteligencia y adquiere experiencias y conocimientos que más tarde le ayudarán a progresar moralmente.




El pensamiento del fundador del Espiritismo, Allan Kardec, hoy

Allan Kardec todavía tiene un papel muy importante en el Espiritismo. Vamos a ver:

“Necesaria nuestra reflexión para que podamos entender cada vez más y mejor el papel que ocupa la Filosofía Espiritista en nuestros días y cómo vamos a interpretar sus postulados y propuestas de cara a la realidad que nos es presentada por los tiempos que vivimos, acompañados por el progreso tecnológico y el avance intelecto moral que caracteriza el presente siglo.

Desde la fundación del Espiritismo, con la publicación de El Libro de los Espíritus, el 18 de abril de 1857, y como clara expresión del pensamiento lógico y racional de sus sistematizador, quedó registrado que: "El Espiritismo es a la vez una ciencia de observación y una doctrina filosófica. como ciencia práctica, consiste en las relaciones que pueden establecerse con los Espíritus; como doctrina filosófica, comprende todas las consecuencias morales que se desprenden de semejantes relaciones."

De esta forma y con el aval de la experiencia desarrollada por Kardec a través de la clasificación, evaluación y caracterización del fenómeno mediumnico como eje principal y conducto eficaz para desarrollar y precisar los principios y las bases teóricas espíritas, queda establecida la Filosofía Espiritista como una Doctrina de Carácter científico, filosófico y moral..

La publicación sistemática y continua de sus obras básicas y complementarias, permitieron que la difusión de las enseñanzas espiritistas fuese en incremento; en las mismas leemos: "La fuerza del Espiritismo reside en su filosofía, en el llamamiento que hace a la razón y al buen sentido." "El Espiritismo so pena de suicidio, no puede cerrar las puertas a ningún progreso." "El Espiritismo, avanzando con el progreso, nunca será rebasado porque si nuevos descubrimientos le demostrasen que está errado acerca de algún punto, él se modificará en ese punto y si una nueva verdad se revelase, él la aceptará."

La clara expresión del pensamiento kardecista en estas líneas nos muestra una Doctrina Evolutiva, nos presenta cara a cara con una Filosofía abierta, dinámica, racionalista, coherente, y sobre todo practica. Nos incentiva como adeptos a ir al encuentro con una propuesta librepensadora y humanista, en la que a través de su estudio continuo y de su comprensión plena, fruto de demoradas reflexiones y conscientes y serias experimentaciones nos conduce a la identificación clara y lógica de nuestro ser, como Espíritus inmortales, vinculados a la presente reencarnación en este mundo, como consecuencia del sinnúmero de jornadas evolutivas que ya hemos experimentado y de la que somos su consecuencia actual; Espíritus conscientes y responsables de todo ese bagaje espiritual de aciertos y desaciertos, de conquistas y fracasos que venimos experimentando y de los que tanto necesitamos para poder evolucionar, avanzar y alcanzar otros niveles que nos permitan comprender, analizar y valorar con mayor detenimiento nuestra verdadera y real situación espiritual.

De esta forma encontramos en la exhortaciones kardecistas que constituyen la base y el punto de partida de la Filosofía Espiritista un excelente derrotero, un plan experimental y racional que puede facilitar y mucho nuestra visión y el entendimiento consciente de las grandes Verdades Universales.

No obstante constituye una necesidad, para lograr la preservación y el entendimiento general y actualizado de "El Legado Kardeciano", la exposición contextualizada de cada uno de sus conceptos, puntos de vista e ideas fundamentales, que parten de los principios científicos, filosóficos y éticos que caracterizaron la segunda mitad del siglo XIX en Francia.

El conjunto de las enseñanzas espiritistas, así como la exacta exposición de sus principios y fundamentos, mantiene su indiscutible actualidad de cara a los avances tecnológicos, a los descubrimientos científicos y a las propuestas de integración humanistas y solidarias de filosofías y religiones. Sin embargo algunos pensamientos, procedimientos y concepciones que también encontramos en las obras espiritistas, responden a la visión personal y a los puntos de vista manifestados por su fundador y por los Espíritus desencarnados que asesoraron su trabajo, los que necesitamos valorar, analizar, comparar, contextualizar, siguiendo su propia exhortación y para beneficio de la propia Doctrina Espiritista; para que siga siendo la expresión clara, lógica y racional de los principios y postulados que obedecen a la manifestación objetiva y real de las Leyes Naturales, que regulan tanto el funcionamiento del Universo, como la estabilidad y el sostén de nuestras individualidades.

Es deber de todo Espírita estudioso, de todo adepto identificado con esta propuesta de fidelidad y preservación hacia la Filosofía Espiritista asumir una postura abierta, dialéctica, libre de dogmas y prejuicios, separada de posiciones sectarias y movimientos paralelos radicales en sus pensamientos y concepciones; para estudiar, propagar, difundir, las enseñanzas espíritas tal cual han sido manifestadas en sus obras fundacionales pero de cara a la necesaria evolución y actualización conceptual y en el lenguaje expresivo de la Doctrina, que los tiempos que vivimos nos exigen; así quedara libre de ambigüedades y nefastas interpretaciones que perjudicarían notablemente su adecuada interpretación e impostergable difusión.

El pensamiento del fundador del Espiritismo ha de ser expuesto tal cual fue expresado, meditado, estudiado, analizado, valorado y adaptado a los tiempos que corren, pues atendiendo al hecho de que su actualidad es innegable, necesita un mayor estudio y asimilación por parte de los adeptos Espíritas. necesita ser observado como el norte al que podemos acudir para la introducción al conocimiento de la Ciencia Espírita, en busca de mayores profundizaciones, pero nunca como expresión de verdades definitivas o de revelaciones incuestionables.

La garantía para la preservación del Pensamiento Espírita para las nuevas generaciones, está en nuestras manos, y depende en buena medida de la actitud que asumamos con respecto a él desde la responsabilidad individual de cada cual.

Walter Pérez


El texto anterior fue presentado por Walter Pérez, del grupo CEEAK – Centro de Estudios Espiritas Allan Kardec – de Cuba. No podemos añadirle nada. Contiene la claridad transmitida por el pensamiento y la actitud racional y científica de Kardec, responsable del nacimiento de la Doctrina Espírita y necesaria para su desarrollo. Podríamos simplemente resaltar que el título de “fundador” del Espiritismo pertenece a la parte de la ciencia espírita desarrollada “de este lado”, pero no correspondería al Espiritismo como ciencia de la Naturaleza, que existe desde la eternidad y abarca todo lo que podemos. entender.




Análisis cuidadoso de las comunicaciones mediúmnicas y la psicografía.

Kardec, en el artículo “Exámenes de las comunicaciones mediúmnicas que nos envían”, de la Revista Espírita de mayo de 1863, demuestra el cuidado y la seriedad que la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas tenía con las comunicaciones mediúmnicas que le eran enviadas. Es una verdadera lección de seriedad respecto a la ciencia espiritual, por eso la reproducimos íntegramente:…

“Muchas comunicaciones nos fueron enviadas por diferentes grupos, pidiéndonos consejo y opinión sobre sus tendencias, ya, como algunos, con la esperanza de publicarlas en Revista. Todos nos fueron enviados con derecho a disponer de ellos como consideráramos conveniente por el bien de la causa. Los hemos examinado y clasificado, y no os extrañéis de la imposibilidad de publicarlos todos, cuando sabéis que además de los ya publicados, hay más de tres mil seiscientos que, por sí solos, habrían absorbido cinco años. completo desde el Revista, sin contar un determinado número de manuscritos más o menos voluminosos de los que hablaremos más adelante. El resumen de este examen nos proporcionará un tema para algunas reflexiones, del que todos podrán beneficiarse.

Entre ellos encontramos algunos notoriamente malos, en el fondo y en la forma, evidentemente producto de Espíritus ignorantes, obsesivos o mistificadores que juran por los nombres más o menos pomposos con que los firman. Publicarlos habría sido dar armas a los críticos. Una circunstancia destacable es que casi todas las comunicaciones de esta categoría emanan de individuos aislados y no de grupos. Sólo la fascinación podría llevarles a ser tomados en serio e impedirles ver el lado ridículo. Como sabemos, el aislamiento favorece la fascinación, mientras que las reuniones encuentran el control en la pluralidad de opiniones.

Reconocemos, sin embargo, con agrado, que las comunicaciones de esta naturaleza constituyen, en general, una pequeña minoría. La mayoría de los demás contienen buenas ideas y excelentes consejos, pero no niegues que todos son buenos para publicar, por las razones que explicaremos.

Los buenos Espíritus enseñan más o menos lo mismo en todas partes, porque en todas partes hay los mismos vicios que reformar y las mismas virtudes que predicar, y ésta es una de las características distintivas del Espiritismo, ya que generalmente la diferencia está sólo en la mayor o menor corrección. y elegancia de estilo.

Para apreciar las comunicaciones dirigidas a publicidad no puedes analizarlas desde tu punto de vista, sino desde el punto de vista del público. Entendemos la satisfacción que uno experimenta al obtener algo bueno, especialmente al empezar, pero más allá de que ciertas personas puedan hacerse ilusiones sobre el mérito intrínseco, no se piensa que existen cientos de otros lugares donde se pueden obtener cosas similares, y qué es de poderoso interés individual puede ser una banalidad para las masas.

Además, hay que considerar que desde hace un tiempo las comunicaciones han adquirido, en todos los aspectos, unas proporciones y cualidades que dejan muy atrás a las obtenidas hace unos años. Lo que entonces se admiraba aparece pálido y mezquino al lado de lo que se obtiene hoy. En la mayoría de los centros realmente serios, la enseñanza de los Espíritus creció con la comprensión del Espiritismo. Considerando que en todas partes se reciben instrucciones más o menos idénticas, su publicación sólo puede ser de interés a condición de que presente cualidades especiales, tanto en la forma como en el alcance instructivo. Por tanto, sería una ilusión creer que cada mensaje debe encontrar lectores numerosos y entusiastas. En el pasado, la más mínima conversación espírita era nueva y llamaba la atención. Hoy, cuando los espiritistas y médiums son innumerables, lo que era una rareza es un hecho casi banal y habitual, y que ha quedado distanciado por la amplitud y alcance de las comunicaciones actuales, así como los deberes escolares lo son por el trabajo de los adultos.

Tenemos ante nosotros la colección de un periódico publicado al comienzo de las manifestaciones, bajo el título de La Mesa Parlante, Título característico de la época. Se dice que el periódico tenía entre 1.500 y 1.800 suscriptores, una cifra enorme para aquella época. Contenía un montón de pequeñas conversaciones familiares y hechos mediúmnicos que luego tenían el enorme atractivo de la curiosidad. Entonces buscamos en vano algo que reproducir en nuestro Revista. Cualquier cosa que hubiésemos elegido hoy sería infantil, carente de interés. Si este periódico no hubiera desaparecido, por circunstancias que no vienen al caso, sólo habría podido vivir con la condición de seguir el progreso de la Ciencia, y si reapareciera ahora en las mismas condiciones, no tendría cincuenta suscriptores. Los espíritas son inmensamente más numerosos que entonces, es cierto, pero están más iluminados y quieren enseñanzas más sustanciales.

Si las comunicaciones emanaran de un solo centro, sin duda los lectores se multiplicarían por el número de seguidores, pero no hay que perder de vista que las fuentes que las producen se cuentan por miles, y que en todas partes se encuentran una vez obtenidas cosas superiores, no puede haber interés por lo débil y mediocre.

Lo que decimos no es para desalentar las publicaciones. Lejos de ahi. Pero para mostrar la necesidad de una elección rigurosa, condición condición sine qua non del éxito. Al elevar sus enseñanzas, los Espíritus las hicieron más difíciles e incluso exigentes para nosotros. Las publicaciones locales pueden ser inmensamente útiles, bajo un doble aspecto: el de difundir entre las masas la enseñanza dada en privado, y luego el de mostrar el acuerdo que existe en esta enseñanza sobre varios puntos. Siempre lo aplaudiremos y os animaremos cada vez que se hagan en buenas condiciones.

Para empezar, conviene descartar todo lo que, por ser de interés privado, interesa sólo a quienes se interesan por ello, y luego, todo lo que sea vulgar en estilo e ideas, o pueril en su temática.

Una cosa puede ser excelente en sí misma y muy buena para la instrucción personal, pero lo que debe ser entregado al público requiere condiciones especiales. Desafortunadamente, el hombre tiende a suponer que todo lo que le agrada debe agradar a los demás. El más hábil puede cometer un error. Lo esencial es cometer el menor número de errores posible. Hay Espíritus que se complacen en alimentar esta ilusión en ciertos médiums, por lo que nunca estaría de más recomendarles que no se fíen de su propio criterio. Aquí es donde los grupos son útiles, debido a la multiplicidad de opiniones que pueden recogerse. Quien, en este caso, rechazara la opinión de la mayoría, considerándose más ilustrado que los demás, demostraría claramente la mala influencia bajo la que se encuentra.

Aplicando estos principios de eclecticismo a las comunicaciones que nos envían, diremos que de 3.600, hay más de 3.000 que son de moralidad irreprochable, y excelentes como fondo, pero que de ese número no hay 300 para publicidad, y sólo cien de mérito incuestionable. Considerando que estas comunicaciones procedían de muchos puntos diferentes, inferimos que la proporción debe ser más o menos general. De esto podemos juzgar la necesidad de no publicar imprudentemente todo lo que proviene de los Espíritus, si queremos alcanzar el objetivo que nos proponemos, tanto desde el punto de vista material como desde el efecto moral y la opinión que personas indiferentes puedan tener sobre el Espiritismo. .

Nos queda decir algunas palabras sobre los manuscritos u obras impresionantes que nos enviaron, entre las cuales, de treinta, encontramos cinco o seis de verdadero valor.

En el mundo invisible, como en la Tierra, no faltan escritores, pero los buenos son escasos. Un Espíritu así es capaz de dictar una buena comunicación aislada; dar excelentes consejos privados, pero es incapaz de realizar un trabajo completo que pueda resistir un examen, cualesquiera que sean sus intenciones. Por otra parte, el nombre con el que se complace en disfrazarse no es una garantía. Cuanto más fuerte sea el nombre, más complaciente. Ahora es más fácil tomar un nombre que justificarlo. Por eso, junto a algunos buenos pensamientos, hay a veces ideas excéntricas y huellas menos equívocas de la más profunda ignorancia. Es en este tipo de obras mediúmnicas donde hemos notado más signos de obsesión, de los cuales uno de los más frecuentes es el mandato por parte del Espíritu de hacerlas imprimir, y más de uno piensa erróneamente que tal recomendación es suficiente. para encontrar un editor interesado en el negocio.

Es especialmente en tal caso cuando se hace necesario un examen escrupuloso, si no queremos exponernos a aprender a nuestras expensas. Además, es el mejor modo de alejar a los Espíritus presuntuosos y pseudosabios, que invariablemente se retiran cuando no encuentran instrumentos dóciles que les hagan aceptar sus palabras como artículos de fe. La intrusión de estos Espíritus en las comunicaciones es, y esto es un hecho conocido, el mayor obstáculo del Espiritismo. Hay pocas precauciones para evitar publicaciones lamentables. En tales casos, es mejor pecar de cauteloso, en interés de la causa.

En definitiva, al publicar comunicaciones dignas de interés, se hace algo útil. Al publicar aquellos que son débiles, insignificantes o malos, haces más daño que bien.

Una consideración no menos importante es la de la oportunidad. Hay algunos cuya publicación es extemporánea y, por tanto, perjudicial. Cada cosa debe llegar a su debido tiempo. Varios de ellos que nos han dirigido son en este caso y, aunque muy buenos, deberían posponerse. En cuanto a los demás, encontrarán su lugar según las circunstancias y su objetivo”.




Caridad y Espiritismo:

Cuando se quiere hacer el bien la acción es sin duda imprescindible, sin olvidar que lo que realmente cuenta es la intención. No porque Dios esté escribiendo las intenciones, sino porque es lo que cuenta para el aprendizaje o el apego del individuo. Pero no podemos olvidar que lo ideal es saber qué hacer, para no hacerlo mal. Hablemos de Caridad y Espiritismo.

Hablando del Movimiento Espírita, lamentablemente tenemos la práctica de algunos que se colocan en juicio. Por un lado, algunos que se limitan a acumular conocimientos por sí mismos critican a quienes se centran en la práctica. Por otro lado, algunos, que se limitan a la acción, no dispuesto a buscar conocimiento, juzgan a quienes buscan el conocimiento, como si el conocimiento no fuera útil. Estoy aquí para mostrarles que ambos extremos están equivocados.

El infierno está lleno de buenas intenciones.

Hay un dicho popular que dice: “el infierno está empedrado de buenas intenciones”. Esto significa: queriendo hacer el bien, pero sin saber qué hacer, se puede producir el mal. Está claro, por supuesto, que no hay condena excepto por la propia conciencia y que el individuo que se equivoca al querer hacer el bien sentirá mucho menos sufrimiento moral que el que se equivoca al querer hacer el mal. Pero lo que destaco es que, para hacer el bien, lo ideal es saber lo que se hace, y por eso comprender el Espiritismo es tan importante para la verdadera comprensión de lo que es la caridad.

Hace un tiempo, un grupo de jóvenes se unió para cumplir el sueño de un amigo: saltar desde salto en bungee, que consiste en sujetarse a cuerdas y saltar desde un lugar alto. Tomaron las cuerdas, ataron a su amigo, quien luego saltó por un acantilado, solo para caer al suelo y morir. ¿El problema? No conocían la ciencia de lo que hacían y no calcularon bien el tamaño de la cuerda. Pienso en la culpa que cada uno de ellos debe cargar aún hoy.

Acumular conocimientos sin hacer nada

También hay personas que se centran en acumular conocimientos. Pero no aplican este conocimiento ni a sí mismos ni al bien de los demás: sólo lo conservan para sí mismos, para poder demostrar, siempre que sea posible, que saben más que los demás. Es el colmo del orgullo y el egoísmo, pero, un día, este conocimiento te será útil para actuar cuando te arrepientas de tus errores.

Informe: ancianos, pobres y con ocho hijos que cuidar

Como historia personal, les puedo contar sobre un centro espírita al que asistí durante muchos años. Desde que tengo uso de razón, la práctica allí ha estado enfocada al bien, pero según las ideas que configuran el actual movimiento espírita, como si se tratara de una religión: asistir a la reunión semanal de la “casa espírita”, escuchar la conferencia, toma un pase y vete. Una vez al mes hay una reunión mediúmnica para ayudar a los Espíritus que sufren. Fuera de allí no hablamos de Espiritismo y mucho menos lo practicamos. El Centro está vacío, porque no hay mayor interés. Con mucho esfuerzo y superando enormes dificultades, los participantes de la casa promueven un evento mensual para entregar canastas básicas de alimentos a familias necesitadas. Y es eso. Estas familias no participan de las actividades domésticas y no conocen la verdadera belleza del Espiritismo. Al salir de allí, se dirigen a otras instituciones e iglesias en busca de artículos más necesarios.

Una vez, cuando estaba presente el día de la entrega de la canasta de alimentos, notamos a una señora que había estado allí durante más de dos años. Estaba extremadamente triste. Su situación: con casi 70 años perdió a dos de sus hijos en distintos accidentes. Estos niños la dejaron con un total de ocho niños, a quienes intentaba apoyar recogiendo basura y contando con alguna ayuda que recibía de aquí y de allá.

Disgustado con Dios

Ese día, esta señora estaba desesperada y enojada con Dios. No podía aceptar esta situación. Se preguntó: “¿Qué Dios es éste que permite tales cosas?” Al darnos cuenta de esto, mi madre y yo empezamos a hablar especialmente con ella. Logramos hacerle entender que estas cosas suceden, como parte de las pruebas. Qué quizás fuera algo previamente elegido o no, pero, en cualquier caso, ella estaba jugando un papel muy importante en la vida de estos niños, enseñándoles el ejemplo de amor, dedicación y, sobre todo, dándoles valores morales tan importantes. Le dije: “estos Espíritus estarán muy agradecidos por tus esfuerzos”, lo que trajo un nuevo brillo a sus ojos.

Además, nos organizamos de diferentes maneras y obtuvimos diversas donaciones, incluidos colchones, ya que los niños dormían en el suelo.

A partir de ese día vimos una nueva energía dominar vuestro Espíritu. Una nueva determinación para afrontar estas dificultades dominaba su ser. Dejó de lado su rebelión, porque algo claro y sencillo respondía a sus razonamientos.

La verdadera cara del Espiritismo

Este “algo”, claro y simple, es el Espiritismo en su esencia. No este “espiritualismo” con “e” minúscula, quitado de Los estudios científicos de Kardec y atrapados por los más diversos errores nacidos de la aceptación ciega de las opiniones de los Espíritus, casi siempre en romances mediúmnicos. No: el espiritismo, doctrina filosófica, desarrollada por el método científico. “El Espiritismo no es una obra que marcha en las sombras. Es conocido; sus principios están formulados de forma clara, precisa y sin ambigüedades”(Revista Espírita, marzo de 1863).

Otros podrían decir erróneamente que esta señora estaría “saldando” deudas de vidas pasadas, que es falso ((Aunque ella pudo haber tenido conexiones pasadas con estos Espíritus y, sintiéndose en deuda por algo, eligió ayudarlos en esta vida, no se trata de “pagar” algo, sino de aprender ayudando.)) o Además, estos niños nacieron en ese ambiente para saldar sus deudas. Olvidan o ignoran que el Espíritu también escoger tales situaciones para aprender, y no sólo para expiar (el opciones de Espíritus que buscan desprenderse de una imperfección adquirida). Además, no reflexionan sobre lo que tales palabras pueden hacerle a una mente ya perturbada.

La cuestión aquí no es decir que uno hace más que el otro o que uno es mejor que el otro. La cuestión es: el Movimiento Espírita, sin el conocimiento del Espiritismo, quedó cojo, incompleto, incapaz de dar el verdadero rostro del Consolador Prometido. Sin conocimiento, la caridad se convierte en mera bienestar. Quién sabe, si en esa oportunidad que Dios nos dio, no le hubiésemos prestado atención a esa señora o no hubiésemos podido decir algo mejor, tal vez hubiera seguido enojada o se hubiera amargado aún más, tal vez tomando acciones lamentables. , sacudido por nuestras palabras?

Sin caridad no hay salvación

Cuando Kardec estipuló esta norma del Espiritismo, “fuera de la caridad no hay salvación”, estaba creando un contrapeso a la frase de la Iglesia Católica, que decía que “fuera de la Iglesia no hay salvación”. Pero no sólo eso: definió exactamente el principio de la caridad a través del Espiritismo, como medio de salvación, siendo el esfuerzo de hacer el bien o volver a él.

¿Qué es la caridad para el Espiritismo? Y el deber moral. Es una acción para el bien, que no espera recompensas. Y hacer el bien es querer ser útil a los demás, ayudar y ser ayudado, aprender y enseñar. Ahora bien, ¿cómo puedes ser realmente útil sin saber lo que estás haciendo? Podríamos, queriendo ser útiles, atar cuerdas a las piernas de otra persona, para empujarla por un precipicio, sin medir el tamaño de esa cuerda.

Siempre he resaltado, porque yo misma pasé por esto, como también pasó aquella señora y como también pasaron muchas otras: en los momentos más difíciles de nuestra vida, en los más abrumadores, nuestra conciencia busca respuestas racionales a lo que pasamos. a través de. Y la fe, como decía Kardec, cuando no puede enfrentar la razón, se debilita. Muchos se alejan de la religión y de cualquier espiritualidad cuando esto sucede.

Repito lo que dijo Kardec sobre el Espiritismo: “sus principios están formulados de forma clara, precisa y sin ambigüedades“. Fue el conocimiento de estos principios, adquirido sólo después treinta y tres años vivir en el Movimiento Espírita, lo que me permitió darle palabras claras, sencillas y racionales a aquella señora. Fue este conocimiento el que me permitió salir de la depresión, a través de un largo e ininterrumpido trabajo de estudiar.

Conclusión

Lo que pretendo demostrar, finalmente, es que el Espiritismo es una doctrina científica que nos da el conocimiento para cometer muchos menos errores, hacer el bien con más asertividad y transmitir menos ideas equivocadas. Hoy miro hacia atrás y veo incontable ejemplos de personas que se alejaron del Movimiento Espírita debido a las falsas ideas que dominan este ambiente, que se convirtió en una religión como todas las demás.

Calienta a un ser que tiene frío; dale comida para que no sucumba al hambre; agua para saciar vuestra sed: todos son actos de caridad necesarios y urgentes. Pero ¿qué tal ayudarle a cambiar sus disposiciones internas a través de la comprensión, algo que el Espiritismo logra con incomparable claridad? ¿Qué tal acogerlo, escuchar sus quejas, su dolor, y luego darle una idea de una filosofía que le permita ver la vida de otra manera, clara y racional, además de sencilla? Después de todo, muchos de los que se encuentran en estas condiciones carecen de la voluntad, a menudo precisamente porque creen que son así a causa del castigo.

La idea original del Espiritismo es mucho más clara, racional y compasiva. Refleja la bondad de la justicia divina. La caridad, según el Espiritismo, es algo simple y profundo: consiste en hacer el bien sin esperar nada a cambio. Alejarnos de este conocimiento nos ha vuelto inútiles o incluso dañinos en nuestro discurso y acciones, incluso cuando aspiramos a hacer el bien.




Kardecismo: un término inapropiado

Muchos seguidores del movimiento espírita utilizan el término “kardecismo” o “kardecista” para referirse a su “religión” o “creencia”. En una sola frase ya tenemos tres errores por los que podemos empezar.

el espiritismo es ciencia

En primer lugar, es importante resaltar que el Espiritismo es una ciencia. Como tal, es uno. Podría tener ramas de áreas de estudio, como Física, Física Cuántica, Mecánica, Óptica, etc. Pero la Física es una, como lo es el Espiritismo. Hablar de “kardecismo” sería como dejar de hablar de Física para hablar de Newtonismo o Einsteinismo, lo cual sería un error, ya que Newton y Einstein fueron investigadores que, utilizando el método científico, estudiaron Física y generaron sus ideas. teorías científicas. Allan Kardec hizo lo mismo.

Decir “kardecismo” es darle personalidad a la ciencia espírita, reduciéndola a la expresión de las ideas de Kardec, lo cual es falso. Kardec fue el investigador responsable de centralizar los estudios, sí, y son sus obras las que forman la Doctrina Espírita tal como se la conoce. Pero es necesario recordar que sus obras son resultado de un trabajo colectivo y colaborativo. Kardec nunca se dio el derecho de dominar la verdad.

Los otros errores serían tratar al Espiritismo como una religión, que no es cierto, o como creencia, lo que sería degradarla del nivel de la ciencia y transformarla en mera creencia. Es necesario distinguir lo que nace de la creencia ciega en lo que alguien dice, de la “creencia” nacida del razonamiento científico. Son cosas diferentes.

El Movimiento Espírita se convirtió en religión

Lamentablemente, es importante resaltar que lo que se convirtió en el Movimiento Espírita se convirtió en creencias y religión. Para la mayoría de los espíritas modernos, Kardec tiene el mismo peso que Jesús en las religiones vinculadas al Antiguo Testamento: se menciona su nombre, para dar credibilidad, pero sólo se conoce la superficie, prefiriendo quedarse con las distorsiones.

Conclusión

Cuando me pregunten sobre mi religión, no diga que es espiritista, kardecista, etc. Si usted tiene religión, diga su religión y diga que, además, estudia Espiritismo. Si no tienes religión y estudias la ciencia espírita, di: “No tengo religión: estudio la ciencia espírita”.




Spirit Box para comunicarse con los espíritus

La “Spirit Box” es un dispositivo del que se habla mucho hoy en día, principalmente debido a los canales de “Cazafantasmas”. Incluso, con muchos errores, el “Canal Espírita” ya abordó el tema, como lo demuestro en este video. Pero el tema no es nuevo: desde hace mucho tiempo, los investigadores en transcomunicación instrumental (TIC) afirman que utilizan dispositivos electrónicos para comunicarse con los Espíritus. Allan Bispo describe el siguiente dato curioso:

Podríamos decir que el primer caso de voz paranormal grabada tuvo lugar en el laboratorio de física experimental de la Universidad Católica de Milán, el 17 de septiembre de 1952.

Allí los padres Gemelli y Ernetti realizaron experimentos con cantos gregorianos para eliminar armónicos. En aquella época no existían grabadoras con cintas, sólo con cables. Este hilo se rompía con frecuencia, por lo que era necesario hacer un nudo muy fino para no dañar el sonido.

Ese día, el hilo se había roto una vez más y el padre Gemelli, alterado, exclamó: “oh, papá, ayúdame”, como solía decir desde hacía muchos años, desde la muerte de su padre.

Una vez realizada la reparación comenzaron a escuchar el material grabado, sin embargo, en lugar del esperado canto gregoriano, escucharon asombrado la voz de su padre: “claro que te ayudo y siempre estoy contigo”.

OBISPO, Allan. “Transcomunicación Instrumental”. Disponible https://www.harmoniaespiritual.com.br/2011/09/transcomunicacao-instrumental.html. Consultado el 19 de octubre de 2023.

Por estos y otros hechos, podemos confirmar que la transcomunicación instrumental, incluso a través de la “Caja del Espíritu”, no es imposible. De hecho, parece bastante factible. La cuestión, siempre, cuando se trata de ciencia, será saber analizarlo todo con frialdad y metodología, separando las cosas...

Intereses

La gran dificultad, siempre, será saber analizar y separar lo que es verdad, lo serio, de lo que no lo es. El problema no es nuevo: en tiempos de Kardec, los charlatanes ya utilizaban los más diversos tipos de trucos y artificios para ganar fama y, casi siempre, dinero. Por eso Kardec siempre recomendó frialdad al analizar estos supuestos fenómenos, nunca aceptando nada precipitadamente. Se recomiendan en este sentido los artículos “El bosque de Dodona y la estatua de Memnón”, de la Revista Espírita de febrero de 1858, “Fraudes espíritas”, de abril de 1859 y “El músculo que cruje”, de junio de 1859 (( Todo el El estudio de la Revista Espírita es importante, está claro)).

Este problema, el de los intereses detrás de los supuestos fenómenos, no se limita únicamente a la comunicación a través de instrumentos. Desafortunadamente, también cubre las comunicaciones mediúmnicas. Pero, actualmente, se ha sumado una nueva (mala) aportación en este sentido: la aparición de aplicaciones que, supuestamente, permiten la comunicación con los Espíritus.

Aplicación de caja de historia espiritual

No está en nuestra posición decir si los Espíritus pueden interactuar o no a través de una aplicación de teléfono celular. simplemente porque no existe un estudio metodológico al respecto.. Siendo el Espiritismo una ciencia, esto está claro: lo que no se desarrolla mediante la metodología científica no puede ser admitido ni despedido sumariamente. Pero hay un punto relevante: los Espíritus no interactúan directamente sobre la materia, es decir, no sin un medio de efectos físicos que les permita obtener el fluido periespiritual animalizado (ectoplasma) para realizar cualquier acción sobre la materia.. Teniendo este médium disponible -muchas veces, sin que el médium siquiera lo sepa-, el Espíritu actúa, por así decirlo, directamente sobre el tema. Por tanto, podemos decir con seguridad que la comunicación a través de objetos (transcomunicación instrumental) es sólo una opción más y, quizás, la más limitada de ellas.

ser admitido ni despedido sumariamente. Se trata de señalar que, armados con este tipo de aplicaciones e ideas falsas, los canales de vídeo de YouTube se han convertido en gigantescas fuentes de beneficios y desinformación. Muchos de estos canales, con cientos de miles de seguidores, generan sumas mensuales de miles de dólares a sus propietarios, quienes parecen encontrar Espíritus “atrapados” en cada propiedad abandonada. Además, tenemos el propio mercado de dispositivos y aplicaciones, que vive de la publicidad que se realiza a través de estos canales. Es una auténtica pirámide de intereses, donde la caridad no tiene cabida.

Falsas suposiciones

Los espíritus frecuentan preferentemente las ruinas.

Por desconocimiento del Espiritismo, la falsa idea es que los Espíritus sufrientes estarían especialmente ubicados en ciertos lugares, como casas abandonadas y cementerios. esto es falso. Como lo que contiene El Libro de los Médiums a este respecto es excelente en sí mismo, recomiendo leer el artículo “Lugares embrujados“, del cual destaco el siguiente extracto:

4to. ¿Existe alguna base para la creencia de que los Espíritus frecuentan preferentemente las ruinas?

"Ninguno. Los espíritus van a esos lugares, como todos los demás. La imaginación de los hombres, despierta por el aspecto lúgubre de ciertos lugares, atribuye a la presencia de los Espíritus lo que es, casi siempre, un efecto muy natural. ¿Cuántas veces el miedo ha hecho que la sombra de un árbol se confunda con un fantasma y el grito de un animal, o el soplo del viento, con fantasmas? A los espíritus les gusta la presencia de los hombres; por eso prefieren los lugares habitados a los lugares desiertos”.

Esto no significa que no haya Espíritus que permanezcan apegados a los lugares, especialmente cuando se trata de sus antiguos hogares. Triste realidad, que causa sufrimiento al Espíritu con apego a ideas materialistas.

Sólo los espíritus sufrientes se comunican

Una idea fija entre los “cazafantasmas” es que sólo se comunican los Espíritus oscuros o sufrientes. Esto es falso. Los Espíritus inferiores se comunican a través de manifestaciones físicas, pero esto no significa que sean maliciosos o que sus intenciones sean malas. Muchas veces solo quieren llamar la atención o incluso agradecerte. La Revista Espírita está llena de hechos como estos, siendo uno de ellos el que se cuenta en el artículo”un viejo carretero“, diciembre de 1859.

Hablar con espíritus que sufren provoca obsesión

Ésta es otra idea muy falsa que reina en el movimiento espírita en general. Lo que causa la obsesión es la libre aceptación de la influencia de otro Espíritu, encarnado o incorpóreo. Mientras esta influencia no sea permitida, por una fuerza moral mayor, no se producirá. Sin embargo, no podemos apoyar las bromas y los disparates realizados a través de las evocaciones de los Espíritus, que sólo pueden atraer a Espíritus frívolos o incluso maliciosos (que, una vez más, sólo encontrarán espacio para su influencia si encuentran resonancia en las ideas y acciones de los individuos). .

Lo curioso es que uno de los mayores factores en la instalación de una obsesión es la aceptación ciega de lo que dicen los Espíritus, algo que hace la mayor parte del Movimiento Espírita moderno. Ya hemos hablado de esto en el artículo “Obsesionados y Sometidos: los peligros del Espiritismo“.

Un hecho más: No es la evocación la que atrae a los Espíritus, sino el pensamiento.

Los Espíritus que se comunican quedan “atrapados” en la Tierra

Otra idea muy repetida, y falso, es que los Espíritus necesitan “rescate” y que, si esto no sucede, quedarán “atrapados” en la Tierra. Incluso un canal grande como “Canal Espírita” difunde esta idea falsa, basada en opiniones. Como lo demuestra El Libro de los Médiums (y toda la Doctrina Espírita), los Espíritus se dirigen a través de su voluntad. Por voluntad y por poca comprensión y apegos, pueden adherirse a personas, situaciones o lugares. Cuanto más elevadas y más desligadas de las ideas materialistas -algo que el Espiritismo favorece sustancialmente-, más fácilmente se desprenden de la materia.

Es un hecho que gran parte de los Espíritus que abandonan la materia, aquí en la Tierra, son todavía Espíritus poco desarrollados y que permanecen preocupados e involucrados en los intereses mundanos. Pero no es así para todos. Nuevamente el estudio de la Revista Espírita (1858 – 1869) prueba este principio.

Los espíritus invocadores hacen que se queden atados a la Tierra.

Esta idea, repetida por Luiz Fernando, en Canal Espírita, tampoco tiene fundamento en el Espiritismo. De hecho, contradice todo lo que han demostrado años de investigaciones serias. Evocar a los Espíritus (de manera seria y con buenos propósitos) es útil y natural y, en el caso de los Espíritus que sufren, les ayuda a razonar y a desprenderse de la materia. Es lo contrario de lo que dicen quienes afirman tales cosas.

Futilidad

Además de la inutilidad y los intereses, también tenemos la futilidad. De la misma manera que sucedió con los juegos de la brújula y los vasos móviles, la evocación frívola y fútil de los Espíritus sólo puede atraer Espíritus frívolos y fútiles. A veces, un espíritu maligno busca jugarte una mala pasada o asustarte. Otra vez, si hay resonancia de ideas, puedes encontrar a alguien con quien obsesionarte.

Ausencia de utilidad

Suponiendo que algunos de estos eventos sean comunicaciones genuinas y considerando la posibilidad de que ocurran, debemos preguntarnos para qué sirven, dado que Sólo puede ser realizado por Espíritus inferiores.? Ahora bien, es un hecho que estas manifestaciones tuvieron su razón de ser, en el pasado, para llamar la atención sobre hechos espíritas, pero ¿serían necesarias hoy (salvo casos muy particulares)? Nos preguntamos: ¿por qué no utilizar medios, que son herramientas mucho mejores y más completas para estas comunicaciones?

También es importante recordar que Los espíritus no pueden interactuar con la materia directamente., sin la ayuda de un médium, aunque sea inconsciente de ello. Esto se evidencia en El Libro de los Médiums o guía para médiums y evocadores > Segunda parte — Manifestaciones espíritas > Capítulo V — Manifestaciones físicas espontáneas > Lanzamiento de objetos. Así, reflexionamos: siendo indispensable el médium, ¿no sería más lógico convertirlos en buenas herramientas, mediante el estudio, en lugar de remitir a los Espíritus a manifestaciones físicas?

Además, debemos resaltar que, además de errores y charlatanería, existen genuinos fenómenos materiales de Espíritus apegados a ideas materialistas que, por tanto, no pueden encontrar una mejor dirección después de abandonar el cuerpo. Aún aquí, se constata que, debido al desconocimiento del Espiritismo, las personas bien intencionadas, equipadas con su “Spirit Box”, ya no son mucho más útiles, pues no saben cómo afrontar este hecho. Se basan en ideas falsas actuales y añaden muy poco o nada para ayudar a cambiar los pensamientos de ese Espíritu.

Importancia del Espiritismo

El Espiritismo, como doctrina científica, es el resultado de años de investigaciones serias y metodológicas sobre las manifestaciones de los Espíritus. No es algo que alguien haya cogido de sus propias ideas y haya dicho “yo digo que es así”. Al contrario: este estudio llevó, en varias ocasiones, a que individuos, incluido Kardec, fueran contradichos en sus hipótesis.

Por eso, estudiarlo es imprescindible para todo aquel que quiera hacer el bien con menos errores y practicar una comunicación sana y útil con los Espíritus como debe ser.




Lugares encantados – El libro de los médiums

Este artículo trae, completo, el capítulo de El Libro de los Médiums que trata sobre los lugares encantados. Es excelente y claro en sí mismo, por lo que no nos parece necesario hacer más comentarios.

El artículo en cuestión surgió del tema de Spirit Boxes, discutido en artículo homónimo es en vídeo reciente.

El Libro de los Médiums — Segunda parte — Manifestaciones espíritas > Capítulo IX — Lugares encantados

  1. Las manifestaciones espontáneas, que se han producido en todas las épocas, y la persistencia de algunos Espíritus en mostrar ostentosamente su presencia en determinados lugares, constituyen la fuente de origen de la creencia en la existencia de lugares encantados. A las preguntas formuladas sobre este tema se dieron las siguientes respuestas:

1er. ¿Los Espíritus se adhieren sólo a las personas o también a las cosas?

“Depende de su elevación. Algunos Espíritus pueden apegarse a objetos terrenales. Los avaros, por ejemplo, que han escondido sus tesoros y que aún no están lo suficientemente desmaterializados, a menudo persisten en vigilarlos y custodiarlos”.

2do. ¿Los Espíritus errantes ((Un Espíritu errante es el Espíritu entre una vida y otra)) tienen lugares favoritos?

“El principio sigue siendo el mismo aquí. Los Espíritus que ya no se sienten apegados a la Tierra van donde tienen la oportunidad de practicar el amor. Se sienten más atraídos por las personas que por los objetos materiales. Sin embargo, puede suceder que algunos de ellos tengan, durante un determinado período de tiempo, preferencia por determinados lugares. Éstos, sin embargo, son siempre Espíritus inferiores”.

3er. ¿El apego de los Espíritus a un lugar, siendo signo de inferioridad, constituye también prueba de su maldad?

"Ciertamente no. Un Espíritu puede ser poco avanzado, sin ser malo. ¿No se observa lo mismo entre los hombres?

4to. ¿Existe alguna base para la creencia de que los Espíritus frecuentan preferentemente las ruinas?

"Ninguno. Los espíritus van a esos lugares, como todos los demás. La imaginación de los hombres, despierta por el aspecto lúgubre de ciertos lugares, atribuye a la presencia de los Espíritus lo que es, casi siempre, un efecto muy natural. ¿Cuántas veces el miedo ha hecho que la sombra de un árbol se confunda con un fantasma y el grito de un animal, o el soplo del viento, con fantasmas? A los espíritus les gusta la presencia de los hombres; por eso prefieren los lugares habitados a los lugares desiertos”.

a) Sin embargo, a partir de lo que sabemos sobre la diversidad de caracteres entre los Espíritus, podemos inferir la existencia de Espíritus misántropos, que prefieren la soledad.

“Por eso no respondí la pregunta en absoluto. Dijo que pueden venir a lugares desiertos, como en todas partes. Es evidente que, si algunos se quedan aislados es porque les gusta. Esto, sin embargo, no constituye necesariamente una razón para que tengan necesariamente predilección por las ruinas. Hay muchos más en las ciudades y palacios que en el interior de los bosques”.

5to. En general, las creencias populares contienen una pizca de verdad. ¿Cuál fue el origen de la creencia en los lugares encantados?

“La verdad está en la manifestación de los Espíritus, en los que el hombre ha creído instintivamente desde todos los tiempos. Pero, como decía más arriba, el aspecto lúgubre de ciertos lugares hiere su imaginación y esto le lleva naturalmente a situar seres en aquellos lugares que considera sobrenaturales. Además, para mantener esta creencia supersticiosa, existen narraciones poéticas y cuentos fantásticos que lo consolaron en la infancia”.

6to. ¿Existen, para los Espíritus que habitualmente se reúnen, días y horas en que prefieren hacerlo?

"No. Los días y las horas son medidas de tiempo para el uso de los hombres y para la vida corporal, de las cuales los Espíritus no sienten necesidad ni se fijan en ellos”.

7º ¿De dónde surgió la idea de que los Espíritus vengan preferentemente durante la noche?

“De la impresión que el silencio y la oscuridad producen en la imaginación. Todas estas creencias son supersticiones que el conocimiento racional del Espiritismo destruirá. Lo mismo ocurre con los días y horas que muchos creen que les resultan más favorables. Es cierto que la influencia de la medianoche nunca existió, excepto en los cuentos”.

a) Entonces, ¿por qué algunos Espíritus anuncian su venida y sus manifestaciones para determinados días específicos, como el viernes, por ejemplo?

“Esto es lo que hacen los Espíritus que se aprovechan de la credulidad de los hombres para divertirse. Por la misma razón, hay quienes se llaman a sí mismos diablo, o se dan nombres infernales. Muéstrales que no te engañan y que no volverán”.

8vo. ¿Prefieren los espíritus visitar las tumbas donde descansan sus cuerpos?

“El cuerpo era una prenda sencilla. Así como el prisionero no siente atracción por las cadenas que lo atan, los Espíritus no sienten atracción por la envoltura que los hace sufrir. La memoria de las personas que les son queridas es lo único que tiene valor para ellos”.

a) ¿Son más agradables que cualquier otra las oraciones que se dicen por ellos en las tumbas de sus cuerpos?

“La oración, ya sabes, es una evocación que atrae a los Espíritus. Cuanto mayor es la acción, más ferviente y sincera es. Ahora bien, junto a una tumba venerada uno está siempre más sereno que en cualquier otro lugar, y la conservación de las reliquias queridas es un testimonio del afecto dado al Espíritu y que nunca deja de tocarlo. Lo que actúa sobre el Espíritu es siempre el pensamiento y no los objetos materiales. Estos objetos ejercen más influencia que el Espíritu sobre quien ora, porque centran su atención”.

9no. Ante esto, ¿parece que la creencia en lugares encantados no debería considerarse absolutamente falsa?

“Dijimos que ciertos Espíritus pueden sentirse atraídos por las cosas materiales. Pueden hacerlo en determinados lugares, donde parecen fijar domicilio, hasta que desaparezcan las circunstancias que les hicieron buscar esos lugares”.

a) ¿Qué circunstancias podrían inducirles a buscar esos lugares?

“La simpatía por algunas de las personas que los frecuentan, o el deseo de comunicarse con ellos. Sin embargo, no siempre tienen intenciones loables. Cuando son malos espíritus, es posible que tengan la intención de vengarse de las personas de las que tienen quejas. Permanecer en un determinado lugar puede ser también, para algunos, un castigo que se les impone, sobre todo si han cometido un delito allí, de modo que lo tienen constantemente ante sus ojos*”.

10mo. ¿Los lugares siempre están perseguidos por sus antiguos habitantes?

"Siempre no; — a veces, porque, si el antiguo habitante de uno de estos lugares es un Espíritu elevado, se preocupará tan poco por su hogar terrenal como por su cuerpo. Los Espíritus que frecuentan ciertos lugares a menudo no tienen más motivo para hacerlo que el simple capricho, a menos que se sientan atraídos por la simpatía que ciertas personas les inspiran.

a) ¿Pueden establecerse en tal lugar con el fin de proteger a una persona o a su propia familia?

“Ciertamente, si son buenos Espíritus; sin embargo, en este caso, nunca manifiestan su presencia por medios desagradables”.

11. ¿Hay algo real en la historia de la Dama Blanca?

“Mero cuento, extraído de mil hechos verídicos.”

12. ¿Es racional temer los lugares frecuentados por espíritus?

"No. Los Espíritus que frecuentan ciertos lugares, provocando en ellos desórdenes, prefieren divertirse a costa de la credulidad y de los sillones de los hombres, que hacerles daño. De hecho, debes recordar que hay Espíritus en todas partes y que, estés donde estés, los tendrás a tu lado, incluso en las habitaciones más tranquilas. Casi siempre, sólo frecuentan ciertas casas, porque encuentran allí la oportunidad de manifestar su presencia”.

13. ¿Habrá formas de expulsarlos?

"Hay; Sin embargo, lo que a menudo hacen para conseguirlo les atrae, en lugar de alejarlos. La mejor manera de expulsar a los malos Espíritus es atraer a los buenos. Por tanto, atraed los Espíritus buenos, haciendo todo el bien que podáis, y los malos desaparecerán, ya que el bien y el mal son incompatibles. Sé siempre bueno y sólo tendrás buenos Espíritus contigo”.

a) Hay, sin embargo, personas muy bondadosas que viven con las travesuras de los Espíritus malignos. ¿Por qué?

“Si estas personas son realmente buenas, esto quizás sea una prueba, para ejercitar su paciencia y animarlas a ser aún mejores. Estad seguros, sin embargo, de que no son los que continuamente hablan de virtudes los que más las poseen. Quien posee verdaderas cualidades casi siempre las ignora o nunca habla de ellas”.

14to. ¿Qué debemos pensar sobre la eficacia de los exorcismos para expulsar a los malos espíritus de los lugares embrujados?

“¿Han tenido la oportunidad de comprobar la efectividad de este proceso? ¿No habéis visto, por el contrario, cómo los disturbios redoblan su intensidad, después de las ceremonias de exorcismo? Es sólo que los Espíritus que los causan disfrutan de ser tomados por el diablo.

“Además, quienes no se presentan con intenciones malévolas pueden manifestar su presencia mediante ruido e incluso haciéndose visibles, pero nunca cometen desorden o molestia. A menudo son Espíritus sufrientes, cuyo sufrimiento podéis aliviar orando por ellos. Otras veces, son incluso Espíritus benévolos, que quieren demostrar que están contigo, o, más bien, Espíritus frívolos que juegan. Como los que molestan a los demás son casi siempre Espíritus que se divierten, lo mejor que pueden hacer quienes se ven perseguidos es reírse de lo que les sucede. Los perturbadores se cansan y descubren que no pueden tener miedo ni impaciencia”. (Ver el capítulo V supra: Sobre las manifestaciones espontáneas.)

De las explicaciones anteriores se desprende que hay Espíritus que se fijan en determinados lugares, prefiriendo permanecer allí, sin tener, sin embargo, necesidad de manifestar su presencia mediante efectos sensitivos. Cualquier lugar puede ser morada obligatoria o predilecta de un Espíritu, por malo que sea, sin que jamás se produzca manifestación alguna. Quienes se apegan a ciertos lugares o a ciertas cosas materiales, nunca son Espíritus superiores. Sin embargo, aunque no pertenezcan a esta categoría, puede ser que no sean malos ni tengan malas intenciones. A menudo, son incluso más útiles que los comensales dañinos porque, mientras se interesen por las personas, pueden protegerlas.

  • Véase Revue Spirite, de febrero de 1860: “Historia de un maldito”.