Espiritismo y olvido del pasado: ¿cómo cambiarnos a nosotros mismos, sin saber lo que hicimos y lo que somos?
Tenemos el olvido general de la vida pasada por una razón muy importante: para que el pasado, conocido objetivamente, en sus detalles, no obstaculice nuestro caminar. Ved: es conveniente que los Espíritus de nuestra evolución, por ejemplo, no recordemos que le hicimos daño al familiar que hoy nos ayuda, lo que podría entorpecer nuestro aprendizaje.
Sin embargo, este olvido no es total. No somos una página en blanco en cada encarnación. Tenemos, en cada uno de ellos, una personalidad más o menos nueva, diferente, moldeada según la creación de la familia y las costumbres de la sociedad en la que estamos insertos, pero nuestro verdadero “yo” está demostrando sus virtudes y sus imperfecciones. desde los primeros pasos desde la niñez.
En el corazón de nuestro Espíritu, por así decirlo, está lo que realmente somos; de hecho, esto es lo que atrae o repele a los Espíritus buenos o malos, y por eso una modificación meramente superficial (y mucho menos los rituales) no los aleja ni los aleja. los atrae Durante la vida, a menudo usamos una máscara de orgullo y vanidad, que tiene como objetivo ocultar, de nosotros mismos y de los demás, nuestro verdadero rostro, especialmente en lo que respecta a las imperfecciones morales. Nos distraemos con las cosas mundanas, sin tener mucho coraje para enfrentarnos a nuestro interior. Sin embargo, esto es precisamente a lo que llama la atención el Espiritismo, repitiendo y ampliando las enseñanzas de Jesús: necesitamos despojarnos de esa máscara, aprendiendo a mirar dentro de nosotros mismos con la mirada dura y juzgadora que mantenemos para mirar los defectos de los demás. .
Cuando actuamos de esta manera, casi siempre descubrimos –a lo que un psicólogo puede ayudar mucho– un conjunto de imperfecciones, muchas de ellas ligadas al cultivo de las pasiones. Quien da este paso, lejos de sentirse culpable, debe sentirse feliz por la valentía de analizarse fríamente a sí mismo. Con esto, debemos empezar a conducirnos sin desfallecer, pero con serenidad, paso a paso, por el camino de alejarnos de estas imperfecciones, desarrollando mejores virtudes.
Esto, en sí mismo, que hasta me da escalofríos pensarlo, constituye toda una filosofía capaz de modificar por completo los rumbos de un Espíritu que se siente cansado de sufrir por sus imperfecciones, y, en sí mismo, representa la esencia del Espiritismo, y no cualquier concepto de pecado y castigo, ya que la culpa y el castigo viven solo en nuestras mentes.
Dejamos la indicación del siguiente video, del grupo de estudio Espiritismo para Todos, con una profunda digresión al respecto: