Revista Espírita – Feb/1858 – Espíritus errantes o encarnados

Estos son los estados del Espíritu, que puede estar encarnado, es decir, conectado a un cuerpo físico, o en estado errante o errático, es decir, en el intervalo entre una encarnación y otra.

Errar, en este contexto, significa “estar sin la dirección correcta”. Es claro que el Espíritu tiene un rumbo, trazado por Dios, pero, como no conoce ese rumbo de su imperfección, sólo experimenta el aprendizaje del mejoramiento, se dice que yerra o que está en estado de erraticidad mientras está libre de materia, pero esperando una nueva encarnación.

Los Espíritus Puros, por supuesto, no encajan en esta clasificación, pues ya no necesitan reencarnarse, pues teóricamente han cubierto toda la escala evolutiva.




duendes

Aquí Kardec solo aborda la cuestión de que la intervención de los seres incorporales, vistos como duendes, diablillos y otros, siempre ha calado en la humanidad y, en sí misma, no deja de ser una verdad. Sucede que, antes del Espiritismo, que la explicaba, se la tomaba como superstición, producto de la imaginación, o bien rodeada de superstición.

De hecho, es interesante notar cómo incluso dentro del Espiritismo estas intervenciones son a menudo tomadas con cuento de viejas y, por lo tanto, desacreditada, sin antes ser analizada.

Por otro lado, es interesante discutir cómo, desde hace más de 160 años, Kardec ya intentaba explicar, a la luz de las enseñanzas de los espiritus e da razão, esses fatos antes cercados de superstições. Infelizmente, ainda hoje essa superstição ou esse misticismo persistem no meio espiritualista, onde, em algumas religiões, ainda se utlizam de termos e crenças limitantes, mesmo, como é o caso dos chamados “Tranca-Rua”, “Zé Pilantra”, etc, que não passam de Espíritos, da forma simples e pura como eles mesmos já nos ensinaram.