Aislamiento de cuerpos pesados

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El movimiento que la voluntad imprime a los cuerpos inertes es hoy tan conocido que sería casi pueril relatar hechos de este tipo.

Kardec inicia este artículo así, diciendo algo así: “que las mesas se pueden levantar del piso por fuerza psíquica, esto ya es un hecho conocido”. Hoy nos parece muy extraño pensar así. ¿Porque?

El fenómeno ya era ampliamente aceptado y estudiado

Necesitamos entender que el Espiritismo surgió en medio del movimiento llamado Espiritualismo Racional, adoptado en Francia, principalmente, como oposición al movimiento materialista ya las antiguas religiones que esclavizaban el pensamiento. Según FIGUEIREDO, 2019, el Movimiento, “Se caracteriza por la adopción de la metodología científica, buscando hacer con el ser humano lo que se ha logrado con éxito mediante el estudio de la materia: la comprensión de las leyes naturales que la sustentan. En otras palabras, reemplazó la fe ciega por una fe racional, una exigencia de los nuevos tiempos.”¹. 


En ese momento y en ese contexto, la ciencias morales estudió todo lo que nace de la acción humana, y eso incluía el estudio de los fenómenos psicológico¹ del magnetismo y el sonambulismo, entre muchos otros. Pues bien: el Espiritismo, habiendo nacido en una tan favorable, se desenvolvió con facilidad y, precisamente por ello, conquistó rápidamente a innumerables adeptos, entre los cuales muchos, quizás la mayoría, eran cultos, serios y dedicados a las ciencias. Todo esto para traer la comprensión pertinente de que el Espiritualismo Racional ya estaba preocupado, antes de la nacimiento del Espiritismo, de fenómenos “sobrenormales”, como los llama Bozzano, entre los cuales la magnetización de un objeto pesado, como una mesa, que luego se movió y se elevó, contra las leyes de la conocido de la Física, era un hecho conocido y estudiado.

Las ciencias psicológicas se ocupan de las leyes naturales que rigen la naturaleza humana. Y estas leyes son de dos clases, las experimentales o empíricas, expresando los resultados de la experiencia del espíritu humano tal como es, y siendo las otras ideales, representando el fin hacia el cual debemos dirigir nuestras facultades por medio de la evolución, o como tales deberían ser. El estudio del ser humano en su estado real es la propia psicología experimental. (FIGUEIREDO, 2019)

Kardec, Mr Fortier y las mesas giratorias

De hecho, en este momento, interrumpimos para volver a Kardec, quien cuenta sobre su contacto con el Sr. Fortier, conocido magnetizador:

Fue en 1854 cuando oí hablar por primera vez de las mesas giratorias. Un día me encontré con Monsieur Fortier, a quien conocía desde hacía mucho tiempo, y quien me dijo: ¿Ya conoces la singular propiedad que se acaba de descubrir en el Magnetismo? Parece que ya no solo se pueden magnetizar las personas, sino también las mesas, haciéndolas girar y caminar a voluntad. – 'Efectivamente es muy singular,' respondí; pero, en rigor, esto no me parece radicalmente imposible. El fluido magnético, que es una especie de electricidad, puede perfectamente actuar sobre los cuerpos inertes y hacerlos moverse'. Los reportajes que publicaron los diarios sobre experiencias realizadas en Nantes, Marsella y en algunas otras ciudades, no permitían dudar de la realidad del fenómeno.

Kardec, A., Obras Póstumas, Rio: FEB, 1964. p. 237

Se nota que Kardec aceptó con calma los fenómenos en cuestión, y la mesa giratoria no fue su primer contacto con el magnetismo. Sin embargo, poco después, un nuevo episodio marcará para siempre su historia con el naciente Espiritismo: 

Algún tiempo después, me reuní nuevamente con el Sr. Fortier, quien me dijo: Tenemos algo mucho más extraordinario; no solo consigues que una mesa se mueva magnetizándola, sino que también hable. Cuando se le pregunta, ella responde. — Esto ahora, respondí, es otro asunto. Solo lo creeré cuando lo vea y cuando me demuestren que una mesa tiene cerebro para pensar, nervios para sentir y que puede llegar a ser sonámbulo. Hasta entonces, permítanme que no vea en el caso más que una historia para hacernos dormir de pie”. [énfasis nuestro]

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Volviendo al artículo en cuestión…

Todo lo anterior es para que lo entendamos, racionalmente, la lógica que llevó a Kardec a aceptar tan tranquilamente aislamiento (y movimiento) de cuerpos pesados. Continúa haciendo un análisis similar al que hizo antes del relato del señor Fortier, cuando decía que las tablas respondían inteligentemente: si hay inteligencia, hay una causa inteligente. ¿Dónde, entonces, está esta causa?

Es importante resaltar, como demuestra Kardec en el artículo, que es necesario tener mucha calma para analizar tales hechos y sus relatos, para que la imaginación sobreexcitada no haga parecer “mágico” el fenómeno: llegar al levantamiento de un cuerpo pesado, se necesita mucha concentración y varios ataques, con lo que el fenómeno parece ganar cada vez más fuerza, no pasando en un chasquido de dedos.

También llama la atención que Kardec menciona que los hechos obtenidos “en la casa del Sr. B…” tuvo lugar de forma reiterada, incluso sin contacto de manos y en presencia de varios testigos, incluidos aquellos “muy antipáticos” y que no dejarían de levantar sospechas si tuvieran motivos para ello. El mismo tipo de fenómeno también ocurrió fácilmente en varias otras casas.

Recomendaciones de lectura

Para profundizar el estudio, recomendamos, además de las obras “Fenómenos del Transporte” y “El Espiritismo y las Manifestaciones Supranormales”, de Ernesto Bozzano, el estudio del Libro de los Médiums, donde en los capítulos I, II, III, IV y V de la Segunda Parte, se realiza una extensa aproximación teórica sobre el tema.

También recomendamos el libro "Autonomía: la historia no contada del Espiritismo“, de Paulo Henrique de Figueiredo


  1. Por eso, la Revista Espírita se denomina “Revista de Estudios Psicológicos”, en perfecta concordancia con la comprensión de las ciencias morales en el contexto histórico y social de Allan Kardec.
  2. FIGUEIREDO, Paulo Henrique de. Autonomía: la historia no contada del Espiritismo, 2019, editor FEAL
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Recomendaciones de lectura (libros)

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