Magnetismo y espiritismo
El magnetismo ya era un fenómeno estudiado antes de que el Espiritismo surgiera como doctrina, filosofía y ciencia.
Dice Allan Kardec: en efecto, basándose tanto en la existencia como en la manifestación del alma, lejos de pelearse, pueden y deben apoyarse mutuamente, pues se complementan y explican mutuamente. Sin embargo, sus respectivos adeptos discrepan en algunos puntos: ciertos magnetistas aún no admiten la existencia o, al menos, la manifestación de Espíritus.
Kardec destaca que, al comienzo de una ciencia todavía tan nueva, es muy fácil para cada uno, mirando las cosas desde su punto de vista, formarse una idea diferente. Las ciencias más positivas siempre han tenido y tienen sus escuelas, que sostienen ardientemente teorías contrarias. Los sabios han levantado escuela contra escuela, bandera contra bandera, y muchas veces, por su dignidad, las polémicas se han vuelto irritantes y agresivas por el amor propio ofendido y han rebasado los límites de una sabia discusión.
Los magnetistas se basan en el hecho de que pueden explicar todo por la acción de fluidos. Por el contrario, los adeptos del Espiritismo están todos de acuerdo con el magnetismo por los fenómenos sonámbulos.
Pase: una de las formas de transferir el magnetismo animal y espiritual.
El magnetismo preparó el camino para el Espiritismo, y el rápido progreso de esta última doctrina se debe sin duda a la popularización de las ideas sobre el primero. Su conexión es tal que, por así decirlo, es imposible hablar de uno sin hablar del otro. Si tenemos que quedarnos fuera de la Ciencia del Magnetismo, nuestra imagen será incompleta. A través del magnetismo inducido, según El Libro de los Espíritus, existe una relación entre el sonambulismo natural y los sueños, o sea, según esta obra pionera de la Doctrina Espírita, durante el sonambulismo, el alma puede fluir libremente, haciendo que el cuerpo reaccione de acuerdo a lo que el alma ve.
Espera que los sectarios del magnetismo y del Espiritismo, mejor inspirados, no den al mundo el escándalo de discusiones poco edificantes y siempre fatales para la propagación de la verdad, sea del lado que sea.
Kardec es muy fiel a sus lectores y, hablando de los enemigos del Espiritismo, dice: debíamos esta profesión de fe, que terminamos con un justo homenaje a los hombres de convicción que, frente al ridículo, el sarcasmo y el desagrado, valientemente se dedicaron a la defensa de una causa tan humanitaria.
Al final del texto, el codificador concluye que, gracias al perseverante esfuerzo de muchos contemporáneos de la élite parisina, el magnetismo, popularizado, arraigó en la Ciencia oficial, donde ya se habla entre susurros. Esta palabra ha pasado al lenguaje común: ya no asusta, y cuando alguien se llama a sí mismo magnetizador, ya no se le ríe en la cara.
Conoce a nuestro grupo en Facebook ¡HAZ CLIC AQUÍ!