¿Hay peligro en evocar espíritus inferiores?

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278. Surge aquí una cuestión importante, si hay o no algún inconveniente en evocar malos espíritus.  Eso depende del fin que se tenga a la vista y del ascendiente que se pueda ejercer sobre ellos. El inconveniente es nulo, cuando son llamados con un propósito serio, que es el de instruirlos y perfeccionarlos; es, por el contrario, muy grande, cuando lo llaman por mera curiosidad o por diversión, o incluso cuando el que llama se pone a su dependencia, pidiéndoles algún servicio.. Los buenos espíritus, en este caso, muy bien pueden darles el poder de hacer lo que se les pide, lo que no excluye que el temerario que se atreva a pedir ayuda y los suponga más poderosos que Dios, sea severamente castigado más tarde. En vano se promete a sí mismo, quien lo hace, hacer buen uso de la ayuda solicitada desde entonces, y despedir al criado una vez prestado el servicio. Este mismo servicio que se pide, por mínimo que sea, constituye un verdadero pacto firmado con el Espíritu malo y no se suelta fácilmente de su presa.. (Ver n.° 212.)  

279. Nadie ejerce superioridad sobre los espíritus inferiores, sino la superioridad moral. Los espíritus perversos sienten que los hombres buenos los dominan. Contra aquellos a los que sólo se opone la energía de la voluntad, una especie de fuerza bruta, luchan y suelen ser los más fuertes. A alguien que pretendía domar un Espíritu rebelde, sólo por la acción de su voluntad, le respondió: Déjame en paz, con tu aire de mataderos, que no valen más que yo; uno diría un ladrón predicando moral a otro ladrón.  

282. 11º. ¿Hay algún inconveniente en evocar espíritus inferiores? ¿Y es de temer que, al llamarlos, el invocador quede bajo su dominio? “Solo dominan a quienes se dejan dominar. El que es asistido por buenos espíritus no tiene nada que temer. Se impone a los espíritus inferiores y no éstos a él. Los médiums aislados, especialmente los principiantes, deben abstenerse de tales evocaciones.. (núm. 278).

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