Consideraciones sobre la fotografía espontánea
Kardec observa: “[…] Geralmente o perispírito é invisível, entretanto, em certas circunstâncias, condensa-se e, combinando-se com outros fluidos, torna-se perceptível à vista e por vezes até mesmo tangível. Eso es lo que ves en las apariciones.”.
“Cualquiera que sea la sutileza y la ingravidez del periespíritu, sigue siendo un tipo de materia, cuyas propiedades físicas aún nos son desconocidas. Como es materia, puede actuar sobre la materia. Esta acción es evidente en los fenómenos magnéticos”.
Por una acción de leyes materiales desconocidas, el periespíritu del Sr. Badet quedó impreso en la materia del vidrio, aunque invisible, hasta que la acción fortuita de otra fuerza, quizás atmosférica (¿o, quién sabe, espiritual?), vino a revelarlo.
Kardec cita, a modo de comparación, el daguerrotipo, desarrollado en 1837 por Louis Jacques Mandé Daguerre: antes de Daguerre, no había imágenes daguerrotipadas, aunque él no inventó ni la luz, ni las planchas de cobre, ni la plata, ni los cloruros.
Es necesario que el ser humano cumpla con su evolución, adquiera y desarrolle la ciencia, para que, entonces, pueda lograr nuevos descubrimientos espirituales. Recordamos que es una época en que una simple combustión provocada por una botella de agua, que se convierte en lente, era motivo de asombro y admiración.