Consideraciones sobre el Beating Spirit de Bergzabern
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Allan Kardec continúa el tema del post anterior sobre el Beater Spirit con nuevos datos. Pareció no querer extender el anterior y continuó su texto con este nuevo título al que ahora nos referiremos.
Cómo considera la doctrina el espíritu latiente de Bergzabern
Es fácil dar la explicación solicitada por el narrador que acabamos de citar: Hay una sola, la que da la Doctrina Espírita. Estos fenómenos no tienen nada de extraordinario para las personas familiarizadas con aquellos a los que nos tienen acostumbrados los espíritus. Es conocido el papel que ciertas criaturas prestan a la imaginación. Sin duda, si la niña sólo hubiera tenido visiones, los partidarios de la alucinación se habrían abanderado. Pero aquí hubo efectos materiales de carácter inequívoco y que contaron con un gran número de testigos. Había que admitir que todo el mundo estaba alucinado hasta el punto de que creían oír lo que no oían y veían movimiento en cosas inmóviles. Ahora, este sería un fenómeno aún más extraordinario.
¿Cómo se produce la jerarquía de los Espíritus?
A los incrédulos sólo les queda un recurso: negar. Es más fácil y elimina las conjeturas.
Examinando las cosas desde el punto de vista espírita, se hace evidente que el espíritu que se manifestaba era inferior al de la muchacha, pues la obedecía; incluso se subordinó a sus ayudantes, pues ellos le dieron órdenes. Si no supiéramos por la Doctrina que los llamados Espíritus Golpeadores están en el fondo de la escala, lo ocurrido sería prueba de ello.
Realmente no sería concebible que un espíritu elevado, como nuestros sabios y nuestros filósofos, viniera a divertirse tocando marchas y valses y, en una palabra, haciendo el papel de juglar o sometiéndose a los caprichos de los seres humanos. Aparece con los rasgos de una criatura de mal aspecto, circunstancia que no hace más que corroborar esta opinión. En general la moraleja se refleja en el envoltorio. Por lo tanto, se nos demuestra que el explorar de Bergzabern es un espíritu inferior, de la clase de los espíritus frívolos, que se manifestó como lo hicieron otros antes y todavía lo hacen hoy.
¿Por qué se manifestó el explorador?
Pero, ¿con qué propósito se manifestó? La noticia no dice que lo llamaron. Hoy, cuando tenemos más experiencia en estas cosas, a un visitante tan extraño no se le permitiría entrar sin que informara cuáles eran sus propósitos. Sólo podemos hacer una conjetura. Es cierto que no hizo nada que revelara malicia o mala intención, pues la muchacha no sufrió ningún trastorno físico ni moral. Solo los hombres podrían haber escandalizado su moral, hiriendo su imaginación con cuentos ridículos. Por suerte no lo hicieron. Este Espíritu, por inferior que fuera, no era ni malo ni malévolo. No era más que uno de esos espíritus tan numerosos, que, a ratos ya pesar nuestro, nos rodean. Pudo haber actuado en esas circunstancias por un mero capricho, como pudo haberlo hecho instigado por elevados espíritus, con el objetivo de despertar la atención de los hombres y convencerlos de la realidad de un poder superior fuera del mundo corpóreo.
facultad de los fenómenos físicos
En cuanto al niño, es cierto que era uno de esos médiums de influencia física, dotados, a su pesar, de tal facultad, y que son para otros médiums como los sonámbulos naturales son para los sonámbulos magnéticos. Manejada con prudencia por un hombre experimentado en esta nueva Ciencia, esta facultad podría haber producido cosas aún más extraordinarias, y de una naturaleza que arrojaría nueva luz sobre estos fenómenos, que son maravillosos sólo porque no se comprenden.