Perturbación inmediata después de la muerte
¡Todos nacemos! ¡Todos vamos a morir!
De esta verdad de la vida surge la preocupación por el momento de la muerte. Estos son problemas siempre recurrentes.
En este artículo no pretendemos cerrar el tema, ¡sino todo lo contrario! Sólo traemos una parte muy pequeña de este vasto tema. Después de todo, todos experimentaremos este evento.
Los Espíritus explicaron que, en el momento de la muerte, no todos los Espíritus pasan por el mismo proceso. Cada ser es una conciencia diferente al otro. Así, El libro de los espíritus trae las siguientes conclusiones en el capítulo III – Retorno de la Vida Corporal a la Vida Espiritual:
163. Dejando el cuerpo, ¿se da cuenta el alma inmediatamente de sí misma? – Conciencia inmediata no es el término: se perturba durante algún tiempo.
164. ¿Experimentan todos los espíritus, en el mismo grado y por el mismo tiempo, la perturbación que sigue a la separación del alma y el cuerpo? – No, depende de tu elevación. El que ya está purificado se reconoce a sí mismo casi inmediatamente, porque se desprendió de la materia durante su vida corporal, mientras que el hombre carnal, cuya conciencia no es pura, retiene la impresión de la materia por mucho más tiempo.
Comentario: Aquí se evidencia que cada persona experimenta un tipo de percepción de la muerte, según lo que ha experimentado en la materia.
Ahora, en esta pregunta 165, Allan Kardec logra ahondar más en la naturaleza de la perturbación, así como describir mejor lo que los Espíritus enseñaban en sus comunicaciones. Tenga en cuenta que no hay nada con un tiempo establecido. Esta parte de la respuesta, en nuestra opinión, es la más esclarecedora.
165. El conocimiento del Espiritismo ejerce cierta influencia en la mayor duración
o menos de la perturbación? – Una gran influencia, porque el Espíritu entiende de antemano su situación: pero la práctica de la bondad y la pureza de conciencia son las que ejercen la mayor influencia.
Kardec continúa explicando en el mismo ítem cómo el Espíritu vive estos primeros momentos:
“En el momento de la muerte, todo, al principio, es confuso; el alma necesita algún tiempo para reconocerse; se siente aturdida, en el mismo estado en que un hombre sale de un sueño profundo y trata de comprender la situación. La lucidez de las ideas y el recuerdo del pasado regresan, a medida que la influencia de la materia desaparece y se disipa esa especie de niebla que nubla tus pensamientos.
La duración de la perturbación posterior a la muerte es muy variable: puede ser desde unas pocas horas, hasta muchos meses e incluso muchos años. Aquellos en los que es más corto son aquellos que se han identificado durante su vida con su estado futuro, porque son inmediatamente conscientes de su posición. “
Comentario: Parece que da una especie de consejo en la parte que destacamos en el texto.
“Este disturbio presenta circunstancias particulares, según el carácter de los individuos y sobre todo según el tipo de muerte. En las muertes violentas, por suicidio, tortura, accidente, apoplejía, heridas, etc., el Espíritu se sorprende, se asombra, no cree que está muerto y sostiene obstinadamente que no está muerto. Sin embargo, ve su cuerpo, sabe que es suyo, pero no comprende que está separado. Busca a las personas que quiere, se dirige a ellas y no entiende por qué no le escuchan. Esta ilusión permanece hasta el completo desprendimiento del Espíritu, y sólo entonces reconoce su estado y comprende que ya no forma parte del mundo de los vivos”.
Comentario: Hay varios informes de Espíritus que asisten a su funeral, que no entienden por qué están dentro del ataúd. ¡Están completamente perdidos!
“Esse fenômeno é facilmente explicável. Surpreendido pela morte imprevista, o Espírito fica aturdido com a brusca mudança que nele se opera. Para ele, a morte é ainda sinônimo de destruição, de aniquilamento; ora, como continua a pensar, como ainda vê e escuta, no te consideres muerto. E o que aumenta a sua ilusão é o fato de se ver num corpo semelhante ao que deixou na Terra, cuja natureza etérea ainda não teve tempo de verificar. Ele o julga sólido e compacto como o primeiro, e quando se chama a sua atenção para esse ponto, admira-se de não poder apalpá-lo. Assemelha-se este fenômeno ao dos sonâmbulos inexperientes, que não creem estar dormindo. Para eles, o sono é sinônimo de suspensão das faculdades; ora, como pensam livremente e podem ver, não acham que estejam dormindo. Alguns Espíritos apresentam esta particularidade, embora a morte não os tenha colhido inopinadamente; mas ela é sempre mais generalizada entre os que, apesar de doentes, não pensavam em morrer. Vê-se então o espetáculo singular de um Espírito que assiste os próprios funerais como os de um estranho, deles falando como de uma coisa que não lhe dissesse respeito, até o momento de compreender a verdade.”
Comentario: ¡El Espíritu confunde su envoltura espiritual (periespíritu) con su cuerpo carnal, de modo que no se da cuenta de que ya no tiene cuerpo carnal!
La perturbación que sigue a la muerte no es en absoluto dolorosa para el hombre bueno: es tranquila y en todo similar a la que acompaña a un despertar pacífico. Para aquel cuya conciencia no es pura está llena de ansiedades y angustias.
Comentario: ¡Una vez más, las aclaraciones de los Espíritus nos dan los consejos sobre cómo hacer que el momento de la muerte sea mucho más suave!
¡Sorprendentemente, en el último párrafo de este capítulo, Kardec dice claramente sobre las desencarnaciones colectivas ocurridas en accidentes o catástrofes!
“En los casos de muerte colectiva, se ha observado que no siempre todos los que mueren al mismo tiempo se recuperan inmediatamente. En la perturbación que sigue a la muerte, cada uno sigue su propio camino o sólo se preocupa por aquellos que le interesan”.
Kardec, El Libro de los Espíritus, ítem 165
Comentario: Si un ser humano muere al mismo tiempo en el mismo accidente, ¡no significa mucho en el momento de la muerte! Cada Espíritu persigue sus intereses según su evolución.
¡No pretendemos cerrar el asunto! Después de todo, por lo que has leído hasta ahora, no es concluyente, ¡porque cada uno tiene sus particularidades! A lo largo de la codificación de Kardec hay muchas descripciones de ese momento y más explicaciones que trajeron los Espíritus.
Pero una cosa de la que nunca escaparemos: ¡el momento de la muerte!