Walewska: reflexiones desde la perspectiva del Espiritismo

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Una de las más grandes deportistas brasileñas, Walewska Oliveira (y no Valeska, Valesca, Walesca, Waleska, etc.) falleció la noche del 21/09/23, en São Paulo. El motivo de su muerte fue una caída mortal (probablemente suicidio) desde el piso 17 del edificio donde vivía con su marido, Ricardo Alexandre Mendes. El atestado policial registró el incidente como una caída, y también dejó constancia de la existencia de un papel donde, posiblemente, había registrado un carta de despedida. Las cámaras del edificio registraron los momentos en los que el deportista acudió a esta zona, portando una botella de vino y un maletín. Aún no se conocen los detalles del caso, pero el tema, precisamente este mes, está marcado por la campaña Septiembre amarillo, destinado a prevenir el suicidio (omitimos la palabra para evitar problemas con los buscadores) plantea una reflexión desde la perspectiva del Espiritismo, en lo que realmente dice.

En primer lugar debo decir que me parece lamentable cualquier opinión que pretenda juzgar actitudes como ésta (suponiendo que así haya ocurrido) calificándolas de egoístas, “falta de Dios”, cobardía, etc.

Deseamos a los familiares, amigos y esposo de Walewska mucha fortaleza para pasar por algo tan difícil y que, si buscan respuestas, puedan encontrarlas en los lugares correctos. Es más, esperamos que ningún supuesto espírita traiga inadvertidamente supuestas comunicaciones, cartas psicografiadas, exponiéndolas al público sin razonar sobre ellas. Sentimos que, si lo que suponemos fue lo que pasó, ella no tuvo la oportunidad de conocer una filosofía que dé certeza sobre el futuro y la capacidad de afrontar el dolor de la vida desde una perspectiva diferente.

Doctrina Espírita y Movimiento Espírita

Vale recordar que la Doctrina Espírita, tal como realmente es, es una ciencia, formada por estudios metodológicos y serios, coordinados por Allan Kardec, analizando comunicaciones, evocaciones y fenómenos en todo el mundo. Su principal característica, como ciencia, es que cualquier principio doctrinal debe nacer del método científico, algo que fue abandonado a finales del siglo XIX.

Contrariamente a las evocaciones y comunicaciones espontáneas, entonces sometidas al doble criterio de acuerdo y razón, hoy el Movimiento Espírita en general cree ciegamente en la práctica lo que dicen los médiums y espíritus, olvidando o ignorando que son sólo opiniones que deben pasar los criterios antes mencionados. . . Otras veces generalizan situaciones individuales, precisamente por desconocimiento. Se crean así distintas narrativas que, si no simplemente absurdas, a veces ofenden el razonamiento e incluso faltan el respeto a los individuos en sus diferentes condiciones.

El valle de los suicidios

Podemos mencionar, entre ellas, y en el aspecto aquí comentado, la idea de que todo suicida irá al “Valle de los Suicidas”, donde, según esta idea, sufrirá hasta aceptar el “rescate” de un Espíritu que , dicen muchos, sería la propia Virgen María. Otros dicen que quien realice este acto renacerá en cuerpos mutilados por la culpa, donde deberá redimir el crimen cometido. No son, respectivamente, más que ideas falsas provenientes de religiones que enseñan la caída en el pecado.

Me pregunto: ¿la gente que dice cosas así no se pone en el lugar de quienes las escuchan? ¿No razonan? ¿Cómo se sentiría una madre, cuyo hijo nació con determinadas características físicas, al escuchar la idea de que la razón de ello se debía a que había cometido crímenes, si no contra otros, sí contra sí mismo y contra Dios? ¿No se ofenderían muchos? Muchos otros podrían llegar a verlos con estigmas, ¿quizás? Peor aún: ¿qué pensarían las personas que nacieran con esas características? El hecho es que muchos abandonan el Espiritismo a causa del Movimiento Espírita que, en la era de la información, se resiste a reconocer la necesidad de volver a Kardec, no por fundamentalismo, sino por buscar fundamentos científicos.

Ya hemos escuchado decir, dentro de un Centro Espírita, a personas involucradas en el trabajo de la institución, e incluso a ponentes, que la razón por la cual la persona nació ciega fue porque usó mal su visión, en su vida pasada. Cuántos absurdos, cuántos disparates, que sólo vacían los bancos del Movimiento Espírita, convertido en religión.

El verdadero espiritismo

Pero, gracias a los estudios metodológicos de Kardec, podemos demostrar fácilmente la falsedad en la generalización de estas ideas. Bastaría que todo adepto espírita leyera el primer año de la Revista Espírita (1858), para comprobar que las situaciones de los Espíritus de las personas que cometieron estos actos no son únicas, precisamente porque no podemos trazar un “código penal de futuro”. vida”, una idea introducida en adulteración del cielo y el infierno, en su cuarta edición, publicada después de la muerte de Kardec, en la que se basaron todas las ediciones conocidas hasta hace poco (consulte edición de Editora FEAL para acceder al contenido original e intacto).

Descubrirían, con este estudio, que el futuro del Espíritu depende de su psicología, de sus conocimientos, de sus ideas. Que el acto extremo muchas veces se toma en un estado de locura, locura, irreflexión, incapacidad para afrontar emociones no controladas. Artículo "suicidio por amor“, de la Revista da Septiembre de 1858, lo demuestra. El artículo "El suicida de la Samaritana“, de junio del mismo año, demuestra otro caso, donde el Espíritu, en un profundo estado de perturbación, cree, debido a un estado de sufrimiento moral, que todavía está ligado a su cuerpo.

Hechos

Un hecho es innegable: el remordimiento y el arrepentimiento serán estados que todo Espíritu encontrará, más adelante, cuando comprenda que tomó tal actitud por la incapacidad de afrontar el dolor, las emociones (en aquel entonces llamadas pasiones), los arrepentimientos, disgustos, etc Desgraciadamente todo se genera por la incapacidad de ver la vida desde otro ángulo, muy amplio, lógico y claro que ofrece el Espiritismo, en su originalidad. No intenta imponer el miedo al castigo, sino que demuestra los hechos, las consecuencias y da al individuo una visión del futuro, donde los apegos conducen al mal y al sufrimiento, pero el camino para volver al bien siempre estará abierto, desde el principio. momento en el que comprende las razones de su sufrimiento y, a través de su propia voluntad y esfuerzo, decide afrontar las raíces de sus errores.

Ver: en el caso presentado en la Revista de septiembre de 1858, el niño acaba de realizar un acto irreflexivo. Afirma que ni siquiera lo pensó, pero que lo invadió un “vértigo”, es decir, una emoción tan fuerte que no sabía cómo afrontar. En Espíritu comprendió la necedad (por lo que todos, sin excepción, pasarán un rato con la fatídica escena repitiéndose en sus mentes) y comprendió la necesidad de corregirse en el futuro, para no cometer este tipo de problemas. de nuevo. ¿Quién sabe, según tu capacidad de comprensión elegirás una vida que te dé, desde pequeño, la fibra para afrontar estas emociones?

Falta decir que las escenas que algunos Espíritus sufrientes transmiten en las comunicaciones, como valles oscuros o incluso la idea de “límite“, nacen de sus propias mentes. Quizás puedan materializarlos en una escala, en una especie de sufrimiento sintonizado, pero no son menos temporales y definitivamente no representan la condición genérica del Espíritu sufriente después de la muerte (lean la Revista Espírita y lo verán).

La obsesión

Nos queda un aspecto más que abordar: la cuestión de la obsesión. La ciencia de los Espíritus, tratada seriamente, fue enfática al demostrar que los individuos cometen a veces tales actos en estado de locura, fuera de sí. A menudo, pero no siempre, este estado tiene la influencia determinante de un Espíritu obsesivo.

Un artículo que lo demuestra es “El espíritu y el jurado“, de noviembre de 1859. En él, es evidente que el papel de un Espíritu obsesivo, cuando encuentra caminos en las propias ideas del individuo, puede influenciarte lentamente. Éste, aceptando esta influencia, que le agrada, incluso sin saberlo, se permite lentamente entrar en sintonía con el Espíritu obsesivo, como una marioneta cuyos hilos se van conectando lentamente a las manos de su amo. En cierto momento, el individuo pasa a responder ciegamente, llegando a un estado de posesión, como lo analiza Kardec en A Gênesis (consulte la edición de la FEAL).

Nace de ahí una especie de culpa compartida, de la que cada uno será su propio juez. Quien se dejó influenciar, cuando comprenda, buscará crear la fuerza para no permitirse más hacerlo. El que influyó, un día, comprenderá el daño que se hace a sí mismo, desviándose del bien, y buscará condiciones para reparar su desviación.

Ultimas palabras

Hay mucho que recuperar en lo que respecta a los principios científicos del Espiritismo. De ello depende su recuperación, su restauración, libre de dogmas y falsas ideas. a diario difundido y enseñado en centros espíritas, en tribunas y, ahora, en Internet, donde lamentablemente les resulta fácil difundirlo. Necesitamos utilizar esta facilidad en favor del bien y la restauración de las ideas verdaderas, no atacando a los demás, como muchos todavía pierden el tiempo haciendo, sino recuperando la verdad y difundiéndola, en una verdadera labor de hormiga, donde cada uno necesita llevar su grano. . Toma tu iniciativa. Olvídate del romance por el momento. Estudiar el Espiritismo donde realmente existe como doctrina científica.

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Recomendaciones de lectura (libros)

Escrito por 

Pensamientos de 2 en “Walewska: reflexões sob a ótica do Espiritismo

  1. Estimado ,
    Es interesante el abordaje del tema del suicidio. Siempre tuve dudas sobre las amenazas y castigos prometidos en las novelas espíritas.
    Pero cuestiono el VI mandamiento: ¡no matarás! ¿Sería el suicidio un crimen contra las leyes de Dios o no? ¿Un crimen contra la naturaleza? El texto habla del remordimiento y el arrepentimiento en el caso de un individuo que, a través de una decisión consciente y racional de desagradar la vida, a través de la manipulación, la mentira y el engaño en la mediumnidad, se encuentra en una situación financiera, profesional y emocional de desamparo y abandono y decide suicidarse, ¿cuál es la realidad de que este espíritu se encontrará en el mundo espiritual?

    1. Estimado Octavio,

      Muchas gracias por su participación y por la iniciativa de dialogar. Esto hace mucha falta hoy en día.

      Kardec, en O Céu o Inferno (ver edición de la editorial FEAL, ya que las demás están basadas en la edición adulterada), después de años de desarrollar la Doctrina Espírita, trata extensamente este tema, formando la mayor base filosófica del Espiritismo. Es posible comprender, a través del desarrollo de las ideas espíritas, en su originalidad, que ciertas ideas actuales son resultado de dogmas religiosos basados en el dogma de la caída por el pecado. Necesitamos entender que los principios expresados en la Biblia deben verse por su naturaleza moral, y no a la luz de un Dios vengativo, que era la idea en ese momento.

      Ver: El Espiritismo demuestra que todos los Espíritus, sin excepción, son creados simples e ignorantes, y que evolucionan hasta convertirse en Espíritus perfectos. En este camino cometeremos errores. De los errores obtendremos resultados, y estos resultados nos permitirán aprender. También es posible aprender con el éxito, por supuesto, y por eso muchos Espíritus superiores se encarnaron para dar ejemplo, el mayor de los cuales fue Jesús. Pues el suicidio se produce por desconocimiento de la realidad, por falta de perspectivas sobre la vida y el futuro. Será otro error a superar.

      El estado del Espíritu en el mundo de los Espíritus, después de cometer tal acto en la materia, será muy diferente, y depende mucho del estado mental de cada persona. Quien comete el acto por reflejo desenfrenado comprenderá rápidamente el error; otros, que cometen crímenes en un estado de desesperación, pueden continuar precisamente en esa desesperación, amplificada por la ausencia del cuerpo físico. Las posibilidades son innumerables.

      Lo que realmente queda es que la vida terrenal es una bendita oportunidad de aprendizaje y superación. El Espíritu que calculadamente se entrega al suicidio del cuerpo, lejos de quedar libre de sus aflicciones morales, las verá magnificadas, porque para el Espíritu no hay tiempo. Se centrará aún más en ellos.

      Las novelas espíritas, publicadas sin análisis, difundidas al público sin reflexión doctrinal, contribuyeron mucho para borrar las verdades encontradas con tanta dedicación por Kardec, en un esfuerzo conjunto sin precedentes para comunicarse con los Espíritus.

      Atte,

      Paulo Degering R. Jr.

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