El karma no existe: las leyes del alma según el Espiritismo
Conforme a obra original de Allan Kardec, O Céu e o Inferno, antes da adulteração ((A obra original, da Editora FEAL, pode ser baixada clicando aqui )), as leis da alma são simples, lógicas e totalmente condizentes com a bondade divina. Não existe carma, lei do retorno, etc.
Brevemente:
Felicidad e infelicidad
La alegría, el dolor, el placer, el miedo, la tristeza son emociones generadas por reacciones fisiológicas. Por todos ellos pasan Espíritus buenos y malos, para que uno pueda ser bueno y estar triste o malo y ser feliz.
La felicidad y la infelicidad son condiciones del Espíritu. La felicidad es estar en el bien, lo único que existe en la Creación Divina, correspondiente a estar en estado de colaboración: aprender, asistir, ayudar, enseñar.
La verdadera caridad, por tanto, es hacer el bien por deber moral, sin esperar nada a cambio ni intentar controlar el resultado. Por eso Kardec dice que el lema del Espiritismo sería “fuera de la caridad no hay salvación”.
El problema es que el error persiste.
En el proceso de desarrollo, cometer errores es parte del mismo, provenientes de una elección, de un intento. El problema es persistir en el error, de buena gana.
Cuando el individuo persiste en el error, porque disfruta de sus ideas falsas, se aleja del bien. Surgen el orgullo, el egoísmo y todas las demás imperfecciones que de ellos surgen. No todo el mundo hace esto.
Al repetir el error, el individuo adquiere una imperfección que se instala en él. Lejos del bien, donde existe la felicidad, se vuelve infeliz porque no puede encontrar satisfacción. Puede que esté feliz, distraído por las cosas materiales, pero no es feliz. No es raro que incluso se suicide...
Es en este estado que el mal existe, y sólo en él: para el individuo lejos del bien, MIENTRAS está lejos del bien.
La conciencia: nuestro único juez y verdugo
La ley divina está grabada en nuestra conciencia (El Libro de los Espíritus, q. 621). El individuo permanece en este estado, sabiendo que está cometiendo un error, pero ignorando su conciencia, por más o menos tiempo, hasta que despierta por algún motivo.
Cuando la conciencia despierta, llega el remordimiento, la conciencia de haber cometido el error. Esto provoca un gran sufrimiento moral y, peor aún, cuando las personas cometen errores voluntariamente.
El sufrimiento moral causado por el remordimiento dura mientras el Espíritu se niega al arrepentimiento sincero. Puede durar siglos.
El arrepentimiento lleva al Espíritu de regreso a la felicidad
Cuando el Espíritu se arrepiente sinceramente, termina el sufrimiento moral y resurge la felicidad con la voluntad de volver al bien, con la decisión. Llega la necesidad de reparación.
La reparación consiste en ELEGIR una nueva encarnación, con ciertas pruebas y oportunidades, con el objetivo de superar la imperfección creada por la propia voluntad. Esto es expiación y, por tanto, no es un castigo divino.
Reparar no significa NECESARIAMENTE renacer con tus víctimas, ya que es posible que ya se hayan ido hace mucho tiempo, mientras que tú te quedaste atrás, apegado al error. Reparar es corregir el desvío tomado, en el esfuerzo del desapego.
De esta manera, vemos que la autonomía y el libre albedrío son la única regla de la ley divina. Todo según nuestras elecciones y nuestro tiempo, dentro de la ley divina. Pero la Ley determina que todos alcanzaremos la felicidad, sin excepción.
Enseñanzas de Jesús
Vemos, entonces, la figura de la parábola del hijo pródigo: a pesar de las advertencias del padre, el hijo se dirige al mundo de los placeres. Lo pierde todo, se arrepiente, sufre, se arrepiente y luego regresa a casa humillado...
Su padre lo recibe no con un castigo, sino con los brazos abiertos, Y AÚN HACE UNA FIESTA, y luego REANUDA A TRABAJAR. Tu hijo ya ha tenido el castigo, causado por su propia conciencia, verdadero juez y verdugo de nosotros mismos.
Jesus sempre demonstrou um Deus de amor pleno, e não um Deus de vingança. Foi assim com o ladrão pregado na cruz ao lado, foi assim com a mulher adúltera e com tantos outros…
El Espiritismo, como resultado de la ciencia espírita, no hace más que reforzar lo que Jesús ya demostró: no hay karma, no hay Dios punitivo. El castigo lo ejecuta el propio individuo, por decidir alejarse del bien.
El verdadero Espiritismo no enseña karma, no juzga el pasado del individuo en función de su sufrimiento físico presente, no afirma que el sufrimiento físico sea merecimiento o pago de deudas.
Libros recomendados
– O Céu e o Inferno, da editora FEAL (edição não adulterada – link na bio)
– Autonomia: a história jamais contada do Espiritismo, de Paulo Herinque de Figueiredo
– Ni cielo ni infierno: las leyes del alma según el Espiritismo, por Paulo Herinque de Figueiredo y Lucas Sampaio
Foto de Olga: https://www.pexels.com/pt-br/foto/mulher-de-vestido-amarelo-em-pe-no-campo-de-flores-de-petalas-rosa-1146242/