¿Alguna vez has pensado en hablar con los Espíritus?
Esta es una reflexión honesta y abierta. Sucede que, hoy en día, sólo se piensa en adoctrinar. Sin embargo, olvidamos que los Espíritus tienen mucho que enseñarnos, incluso los más infelices, porque podemos analizar su estado actual, las razones de las complicaciones en sus vidas y, de ahí, obtener muchos conocimientos importantes. Estudiando a Kardec, vemos que no solo él, sino también muchos grupos distribuidos por Europa y América del Norte realizaron investigaciones serias sobre el tema a través de comunicaciones mediúmnicas, no solo esperando que “suene el teléfono de allá para aquí”, sino realizando evocaciones. con fines serios y útiles.
Además, en aquella época era costumbre anotarlo todo, generando grandes volúmenes de documentos sobre estas comunicaciones, que luego podían ser estudiados de forma independiente por investigadores externos, a través de la racionalidad, buscando encontrar concordancia entre ellos. Es prácticamente lo que hizo Kardec, y es lo que permitió estructurar el Espiritismo como Doctrina Científica. Hoy en día esto rara vez se hace, excepto en la producción de “cartas” de parientes desencarnados (cuyas comunicaciones podrían utilizarse mucho mejor). Mi punto es: tendremos que retomar esta metodología, después de todo, la ciencia humana ha avanzado mucho, pero el Espiritismo prácticamente se ha detenido en el tiempo, y muchos conceptos que hoy son aceptados no pasaron por esta necesaria metodología. Si, hoy, los diversos grupos de estudios o prácticas mediúmnicas allí diseminados retomaran esta tarea, cuidando de no contaminarse unos a otros por la puesta en común de ideas no sancionadas por este método, podríamos volver a tener un gran volumen de producción de contenidos. que, poco a poco, se podría analizar. Esto, sin embargo, requiere al menos el estudio básico de El Libro de los Espíritus y El Libro de los Médiums.
Imaginemos, por ejemplo, las controversias y la falta de información sobre las “ciudades espirituales”: no podemos, por supuesto, preguntar al Espíritu, en la sesión de mediumnidad: “Oye, ¿vives en una ciudad espiritual? ¿Donde queda?". Esto casi siempre provocaría como respuesta una idea contaminada. Antes preguntábamos: “¿podrías contarnos cómo fue cuando llegaste al plano espiritual? ¿Qué encontraste allí? ¿Cuál es tu ocupación hoy? ¿Te cansas? [Si es así] ¿Qué haces para descansar?”
¿Él entiende? Hay otro punto muy positivo: además de aprender de tales informes, con efectos en nosotros mismos, en nuestros pensamientos y en nuestras actitudes, estas comunicaciones también son de gran utilidad para los Espíritus, especialmente para los que se encuentran en estado de perturbación, quienes al ser contratados con el médium conexión, se enfoca un poco más, nuevamente y puede, en ese momento, reflexionar mucho sobre su condición, cambiando su vida.
De todos modos, eso es todo. Tiene que empezar de nuevo, de alguna manera. Simplemente no podemos dejar de estudiar a Kardec para esto, a fin de evitar las dificultades ya conocidas y tratadas muy claramente por él.