El ataque a las escuelas y la “visión según el Espiritismo”

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Me voy a dar el lujo de “mojarme”, simplemente porque el tema es importante y requiere, creo, reflexión y racionalidad. Fueron lamentables los ataques perpetrados en las escuelas, pero aún más lamentable es escuchar los absurdos que hablan en nombre del Espiritismo.

Frente a los hechos en cuestión, volvemos a ver la búsqueda de respuestas “espiritualistas” a las razones por las cuales esos niños pasaron por tales tragedias, y no es raro toparse con oradores que, en nombre del Espiritismo, dirán que “son espíritus endeudados que se juntaron para redimir culpas pasadas”. Habiendo superado el momento inicial de verdadero disgusto por la falta de empatía de quien se pone en la posición de juez del camino de los demás, sin ponerse en la posición de un padre o de una madre que escucha tales palabras, un verdadero perjuicio para Espiritismo - Me parece necesario reiterar: no es posible, mucho menos razonable, señalar a cualquiera para decir si la situación que vive la persona es resultado de su opciones - Repito: opciones – o si es simplemente un resultado de la ley natural, es decir, un resultado de estar vivo.

Ya hemos cubierto esto varias veces (ver ¿Puede una persona morir antes de tiempo o es siempre el destino o la suerte?, El desastre de Petrópolis desde el punto de vista del Espiritismo: ¿rescate colectivo? y Karma y espiritismo. No hay karma, todo es efecto de las elecciones del Espíritu, el cual, sólo en casos excepcionales, por falta de capacidad de razonamiento, se ve sometido a encarnado obligatoriamente (ref. OLE, p. 262). Dios no castiga a sus hijos por tomar malas decisiones, porque sabe que todo es resultado de la ignorancia, y cuando esa ignorancia es tan grande como para anular su capacidad de juzgar, sus leyes suplen esta incapacidad momentánea.

Digamos que participar en ciertos desastres, privados o colectivos, puede ser incluso efecto de una elección lúcida del Espíritu que cree que eso le enseñará algo o que cree en la ley del talión o karma, juzgando necesario pasar por el mismo tipo de sufrimiento para "depurar". Esto tiene su base en la lógica y la verdad, y veremos algunos casos como este impregnando los estudios de Allan Kardec.

¿Podrían todos estos niños haber elegido estar allí voluntariamente, como resultado de una elección hecha en Espíritu? Supongamos que sí, y analicemos la lógica de la suposición. Para eso, una de dos cosas: o estos Espíritus tendrían que saber, de antemano, que ese individuo, prácticamente del crimen, elegiría aquella escuela donde tendría estudiar, practicar su delito, premeditado durante años, o estos Espíritus tendrían que, a través de ellos o de otros, instigar a este individuo a cometer un delito (asumiendo, a su vez, una “deuda”) sólo para que pudiera llevar a cabo su “rescate” – un verdadero ciclo sin fin.

Sí, un Espíritu particular pudo haber premeditado premeditadamente el crimen y logró estar allí, sufrir sus consecuencias, quién sabe por qué, así como otro pudo haber optado por irse de ese lugar, ese día, por la misma premonición. Vemos esto todo el tiempo. Se vuelve inconcebible, sin embargo, imaginar que todos los que mueren en cualquier desastre eligen estar allí, a menudo meses o años antes, esperando que todas las circunstancias alineadas provoquen la situación que ofrezca la oportunidad de “rescate”. Además, cuando Kardec u otros Espíritus hablan de “rescate”, es el rescate de uno mismo, a través del proceso “arrepentimiento, expiación y reparación – en una palabra: una mejora seria y eficaz, así como un retorno sincero al bien“((KARDEC, Allan. O Céu e o Inferno. Traducción de Emanuel G. Dutra, Paulo Henrique de Figueiredo y Lucas Sampaio. 2021.)), y no una redención de deudas recíprocas o con ley divina – porque Dios no cobra deudas que, en verdad, ni siquiera existen.

Los niños que murieron en casos tan trágicos no están pagando nada. Murieron como resultado de estar encarnados y como resultado de una mala elección de otro individuo. Este individuo, que ya sufre a causa de sus elecciones, aunque no se dé cuenta, sufrirá cuando despierte su conciencia, ya sea por un sentimiento de culpa frente al delito cometido, o por la realización de su propia condición de apego, por el efecto de sus actos, aunque ni siquiera recuerde el caso concreto de que se trate. Es posible que los espíritus de los niños ya se hayan movido, evolucionado mucho, para cuando el espíritu del criminal se dé cuenta. No es necesario considerar, por tanto, una encarnación conjunta con el fin de algún rescate recíproco, pero podemos imaginar el espíritu de uno de estos niños, tocado de compasión por el otro, eligiendo nacer con él para ayudarlo en su camino de regreso al bien. O no. El espíritu del criminal puede elegir, si es consciente de ello, nacer en el seno de una muy buena familia, con grandes valores espirituales, que le ayuden a aprender... O puede elegir nacer en el en medio de la criminalidad, para ponerse a prueba de resistencia. ¿Lo que es mejor? ¿Cómo saber quién y por qué razón hizo tal o cual elección? No sé. Tampoco tu. El punto es: cualquiera de las opciones, para ese Espíritu, será una expiación, y “expiación” no significa castigo, pero condición en que tiene su "incesantemente concentra la atención en las consecuencias de este mal, comprende mejor sus inconvenientes y está motivado para corregirse a sí mismo"((Ibídem)).

Si ya has pasado por algo similar o si tienes a alguien cercano que lo haya pasado, mi mensaje es este: el Espíritu sobrevive y seguirá su camino. Los que se van y los que se quedan deben hacer un esfuerzo por no encariñarse con lo sucedido, entendiendo que quien comete el delito sufrirá solo, y que encariñarse con él o con la situación te llevará a sufrir también. La tristeza es parte de eso. Te extraño, duele. Pero el apego es infelicidad. Ore para que usted y el Espíritu que falleció no se apeguen a todo esto, ni la personalidad que murió con el cuerpo. Los espíritus que se aman se comunican instantáneamente, sin intermediarios, y basta que uno piense en el otro para que estén juntos, sin necesidad de que esto se perciba como una sensación de presencia. El pensamiento alcanza todo, en cualquier parte del Universo.

Finalmente: tenga cuidado al aceptar “visiones espíritas” sin estudiar los fundamentos del Espiritismo. Los espíritus, encarnados o desencarnados, dicen lo que quieren y, por descuido, muchas veces sirven de instrumento a los enemigos de la Doctrina.

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