El camino es sinuoso, largo, pedregoso y lleno de espinas, pero hay que andarlo.

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Queridos amigos, hermanos que se adhieren a esta iniciativa,

Una vez más, invitamos a cada uno de ustedes a participar activamente de nuestro grupo ya difundir las ideas esenciales del Espiritismo que, poco a poco, comienzan a ser redescubiertas y comprendidas. ¡Es interés y responsabilidad de todos nosotros restaurar, con paz y paciencia, pero con persistencia y firmeza, las verdades originales de esta Doctrina nacida de la observación racional de las enseñanzas espíritas dadas en todas partes y para todos los tiempos! Ya no un Espiritismo adulterado, después de la muerte de Kardec, para dar espacio a las ideas retardadoras del pecado, de la caída y del castigo, del karma, de los rescates, sino la Doctrina en su esencia, basada en la realización del libre albedrío, de la elección de pruebas y expiaciones, finalmente, la Doctrina que nos muestra que nuestro paso es siempre hacia el aprendizaje y el progreso espiritual, haciendo parte de este camino los errores y tropiezos de cada uno, misma Doctrina que nos mostró, en su esencia, no un alma pura creado y desviado por el pecado, un Espíritu creado simple e ignorante y que, a medida que avanza en sus experiencias, a través de errores y aciertos, alegrías y sufrimientos, se purifica de sus imperfecciones y de su materialidad hacia la verdadera felicidad de los espíritus superiores, ya desprendido de estas mismas imperfecciones y materialidad a través de la adquisición de mejores hábitos y valores morales.

Es natural, sin embargo, que tales ideas liberadoras y renovadoras encuentren resistencia tanto en la ignorancia orgullosa, cerrada a la reforma de las ideas, como en el conocimiento interesado en mantener bajo su ala a la clase de los fieles a las viejas doctrinas. Incluso dentro del Espiritismo, tales ideas de caída, pecado y redención están profundamente arraigadas, ya que las adulteraciones provienen de algunos meses o años después de la muerte del digno profesor Rivail.

Sin embargo, no será a base de guerras y disputas que descubriremos este camino lleno de zarzas y espinas, sino a base de un entendimiento lúcido y una palabra firme pero amistosa. Evitemos perder el tiempo con quienes integran las clases destacadas anteriormente, porque ninguno de los dos tiene interés en cambiar sus ideas frente a una verdad irrefutable. Para estos, sólo el tiempo tendrá un efecto. Invirtamos nuestro tiempo, sin embargo, en la clase de todos aquellos a quienes estas ideas no sólo les agradan, sino que son sustanciales: aquellos que ya no ven ningún placer en la vida, aquellos que piensan en renunciar a ella, aquellos que no no comprenden a un Dios vengativo, que, en suma, no comprenden las razones de las dificultades del día a día, o incluso a aquellos que, de buena voluntad, quieren estudiar el Espiritismo en su esencia, para transmitir, a todos los que puede, las ideas reformadoras y consoladoras de esta Doctrina en su originalidad.

Arremanguémonos, pues, queridos hermanos. La inacción no hace ningún bien a nadie. Hagamos nuestra parte. Yo, el autor de este texto, estoy aquí hoy, por un Espíritu muy amado que se acercó a mí en el momento más difícil de mi vida y por otro, encarnado, que se empeñaba, diariamente y sin agradecimiento alguno, en difundir una reflexión en un grupo de Whatsapp que quedó y aún está en el olvido por qué formaron una familia en el centro espírita que, por la pandemia, ahora está cerrado.

Un gesto suele ser suficiente para cambiar una vida, una opinión y, a partir de ahí, iniciar un movimiento. Adelante queridos, y que Dios nos ilumine a todos para que, en este proceso, nunca nos dejemos contaminar por el personalismo, la vanidad, el egoísmo y el orgullo.

El camino es sinuoso, largo, pedregoso y lleno de espinas, pero hay que andarlo y limpiarlo para las próximas generaciones, de las que probablemente volveremos a ser parte.

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